Alba Carrillo (30 años), sufridora exmujer de Feliciano López (35), no gana para disgustos. Cuando su corazón aún no se ha recuperado del revés que le ha dado el amor, sus seguidores en Instagram no la dejan ni ponerse guapa para su próxima conquista. ¡Qué malos!

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Su pelo, su peor enemigo

Todo ocurrió cuando Alba quiso compartir con sus followers su nuevo instrumento de belleza. He aquí la instantánea.

Y sí, es un secador. Y no, no es un vibrador. Hasta ahí todo bien. El problema llegó cuando sus seguidores averiguaron el precio de dicho aparato. ¡399 euros contantes y sonantes! Una cantidad que indignó a más de uno (y de dos).

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Humor y críticas a partes iguales

Pero como esto es España y Spain is diferent, además de expresar su malestar, los comentarios también iban cargaditos con bastante ironía y acidez (no la de estómago, la otra). Podríamos dividir a sus seguidores en varios grupos dependiendo de sus contestaciones:

Los aspirantes a humoristas:

Con frases tan ingeniosas como: "Se rumorea que viene con peluquero incluido", "¿Escupe oro?”, "¿¿¿400 pavos??? Supongo que te hará sentir orgasmos cerebrales", "¿te pone también extensiones o qué?"…

Los que la atacan:

Con frases como: "Pensaba q sería una cría más sensata pero pobre, me da más bien pena", "hay millones de españoles en calle y aquí mucha tontería", "en los tiempos que estamos y la peña gastándose 400 euros en un secador. Como mínimo, cállate y no lo publiques que hay gente que no gana ni los 400 euros la familia entera".

Los que la defienden:

Con frases como: "Si te dura 15 años como el que tengo todavía en uso, es buena inversión, será el próximo que me compre" o "Ni caso, gástate el dinero en lo que te dé la gana".

La que se viene arriba y hace este alegato en favor de Alba y en contra de una detractora de la modelo:

"…critica a esa masa de congresistas y senadores, alcaldes, ministros, presidentes CCAA etc.... y no hagas demagogia. A esos les dan/damos teléfono, tablet y ordenador de última generación, dinero para gastos de desplazamiento y comida...etc y esos sí que no se están ganando la vida. El postureo es criticar a otro trabajador... BASTA de tonterías. Si no te gusta lo que hace NO la sigas. Cansina…"

Y el premio especial es para la usuaria que no se entera de lo que va la movida…

…y pone el siguiente comentario: "¡¡¡Me había parecido hasta un sacaleches!!!"

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¿Tan grave es el asunto?

Puestos a criticar, cierto es que no está el percal como para andar presumiendo de un secador que cuesta 399 euros. Sin embargo, servidora quiere romper una lanza a favor de Alba Carrillo. Porque yo me pregunto, ¿acaso nos quejamos de las cientos de famosas que nos muestran a diario sus lujosas vidas en la red? No veo que nadie, y menos español, se dedique a entrar en el perfil de Kim Kardashian (35) a decirle que no nos restriegue a diario sus looks de miles de dólares. Aunque os daré un voto de confianza y pensaré que es porque tenemos nivel bajo de inglés. Oh my God! ¿O es que el criterio del usuario varía dependiendo de si el famoso es de 1ª,2ª o 3ª división?

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Alba, amiga, no sufras. ¿Qué estás depre y quieres darte un capricho? ¡Pues alegría! Lo que seguramente no sepa ninguno de los que han puesto el grito en el cielo es que es muy probable que el secador en cuestión sea un regalito de la marca. Sí, queridos. En ocasiones, las firmas mandan productos a las famosas a cambio de que suban una fotografía de él a Instagram. Vaya, lo que viene siendo publicidad encubierta. Aunque también es verdad que Alba no especifica modelo ni marca… Sospechoso. Pero bueno, a lo que iba que me liáis.

Querida Carrillo, si te lo has comprado con el sudor de tu frente (o con lo que pillaste por la exclusiva de tu boda), ¡olé por ti! Que es un soborno de la firma, pide otro y mándamelo.

Resumiendo… Tanto Alba como Dyson (la firma del dichoso secador) han conseguido lo que buscaban: notoriedad y publicidad. Y aquí servidora también ha puesto su granito de arena. Así que, pensándolo bien… ¡Secadores gratis para todo El Español! Prometemos subir a Instagram fotos de nuestras melenazas, que para eso somos leones.

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