Una anciana lava verduras con agua.

Una anciana lava verduras con agua. Archivo

Salud Consejos saludables

De la miel para la tos a las gárgaras: nueve remedios de la abuela que funcionan

Desde alimentos para combatir un resfriado hasta fórmulas para que los niños crezcan más. Algunos de los consejos más antiguos de la historia han sido refrendados por estudios científicos.

9 agosto, 2017 03:01

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¿Cuántas veces te ha dicho tu abuela que tomes mucha agua para no resfriarte o que adónde vas cuando pretendes darte un chapuzón justo después de comer? Seguro que desde que eres niño, en más de una ocasión, has escuchado estos consejos que vienen de antaño. Pues bien, no son sólo fruto de la sabiduría popular, sino que algunos de ellos han sido refrendados por la ciencia. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) defiende los remedios caseros por su bajo coste y la ausencia de efectos secundarios.

¿Tienes tos? Una cucharada de miel

Aunque la miel tiene múltiples beneficios, uno de los más escuchados es su poder curativo ante los resfriados, avalado por una investigación elaborada en 2012 por expertos pediátricos. Tras estudiar la evolución de 300 niños enfermos, comprobaron que el consumo de 10 gramos de miel antes de dormir rebajaba la tos y mejoraba el sueño frente a aquellos que tomaban placebo. También la propia OMS recomienda té con miel o miel con limón para aliviar los síntomas de las infecciones respiratorias en niños mayores de un año.

Jengibre, el aliado de las embarazadas

Las náuseas se encuentran entre las principales molestias de las mujeres durante el embarazo. Combatirlas con jengibre es una práctica popular que también tiene aval científico. Un estudio de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, concluyó que tomar un gramo de raíz de jengibre alivia las náuseas no solo provocadas por el embarazo, sino también por otras causas como la quimioterapia en pacientes con cáncer.

Cuanto más duermes, más creces

Seguro que lo has escuchado más de una vez durante tu infancia y adolescencia: dormir bien potencia el crecimiento. Pues bien, esta afirmación ha sido refrendada por investigadores de la Universidad de Emory (Atlanta), que determinaron que los bebés que dormían más horas crecían a un mayor ritmo. La probabilidad de crecimiento aumentaba un 43% por cada siesta y un 20% por cada hora de sueño de más. Esto se debe a que durante el sueño, el cuerpo libera mayor cantidad de hormona de crecimiento.

Lo dice la ciencia: por cada hora de siesta de un bebé, más crece.

Lo dice la ciencia: por cada hora de siesta de un bebé, más crece. Dagon I Pixabay

Gárgaras con agua para prevenir el resfriado

Desde tiempos ancestrales, los japoneses hacen frente a los resfriados haciendo gárgaras con agua. Entre 2002 y 2003, la Escuela de Salud Pública de Kyoto quiso probarlo científicamente. Para ello recurrió a 400 voluntarios que se dividieron en tres grupos: unos utilizaban agua, otros, povidona yodada y el último era el grupo de control, que no empleaban ningún método de prevención. Los resultados revelaron que aquellos que hacían gárgaras con agua no caían enfermos con tanta frecuencia por infecciones de las vías respiratorias como catarros o gripes.

¿Una verruga? Prueba con cinta adhesiva sanitaria

Por arcaico que parezca, lo cierto es que una investigación realizada por el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati demostró la alta eficacia de la cinta adhesiva en la eliminación de las verrugas. Concretamente un 85% de los tratados se liberaron con este método de estas molestas formaciones en la piel, frente al 60% que lo consiguió por congelación, la fórmula más extendida médicamente. Eso sí, es recomendable utilizar cinta adhesiva específicamente destinada a fines sanitarios.

Ni se te ocurra bañarte justo después de comer

"Espera a hacer la digestión" es, sin duda, una de las frases más repetidas por madres y abuelas en las piscinas y playas durante el verano. Meterse al agua sin que hayan pasado las dos horas reglamentarias después de comer puede ser perjudicial, aunque no por un posible corte de digestión.

Después de las comidas, gran parte de la sangre se dirige hacia el aparato gastrointestinal para favorecer la digestión. Esto disminuye la circulación sanguínea en los músculos, lo que puede causar calambres dentro del agua. Nada que ver con el popular corte de digestión, científicamente llamado síncope de hidrocución, que puede producirse en cualquier momento por un cambio brusco de temperatura.

Cuidado con el agua excesivamente fría para evitar los cortes de digestión.

Cuidado con el agua excesivamente fría para evitar los cortes de digestión. Free-Photos I Pixabay

Sopa de pollo contra el catarro

Cuando tenemos el típico resfriado invernal, no hay nada que siente mejor que tomar una sopa caliente. Aunque cualquiera de sus modalidades puede estar deliciosa, existe un ingrediente estrella que, según la ciencia, convierte a esta popular receta en la mejor solución doméstica para los catarros. Según un estudio de la Universidad de Nebraska, la sopa de pollo contiene propiedades antiinflamatorias que frenan el desarrollo de estas congestiones, sobre todo en el área pulmonar.

Hielo para acabar con el dolor de cabeza

Uno de los remedios caseros más extendidos contra las migrañas es aplicar hielo sobre la cabeza o la nuca. Y la ciencia lo ha corroborado con distintos estudios. En una de las últimas investigaciones, llevada a cabo en la Universidad de Hawái, se observó que los pacientes que empleaban hielo durante 30 minutos reducían significativamente su dolor. Media hora después de retirarlo, la molestia volvía a aparecer.

Detener infecciones de oído con vinagre y alcohol

La otitis externa, conocida comúnmente como oído de nadador, produce dolor e inflamación del conducto auditivo. Para ponerle remedio, muchos profesionales, como el investigador Daniel Fick de la Universidad de Iowa, aconsejan el uso de vinagre y alcohol, siempre y cuando no se tengan los tímpanos perforados. La receta es sencilla: se mezcla la misma cantidad de vinagre blanco que de alcohol sanitario y se aplican un par de gotas en cada oreja. El alcohol eliminará el agua de su interior y el vinagre evitará que las bacterias crezcan.