Fragmento del Códice de Madrid, uno de los documentos que usó en su investigación.

Fragmento del Códice de Madrid, uno de los documentos que usó en su investigación. MECD

Ciencia Arqueología

Un chico canadiense de 15 años afirma haber descubierto una importante ciudad maya perdida

El joven puso en práctica la teoría de que los mayas construían sus asentamientos según las constelaciones, y no por su cercanía a ríos o tierras fértiles. Pero algunos expertos dudan del resultado. 

10 mayo, 2016 11:04

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William Gadoury, un adolescente quebequés de 15 años apasionado por la cultura maya, afirma haber descubierto una supuesta ciudad perdida de esta civilización precolombina, de momento sobre el mapa y gracias a la posición de las constelaciones. Algunos científicos han mostrado ya su escepticismo.

Según informa el diario Journal de Montreal, hasta ahora nadie había demostrado esta correlación entre las estrellas y la localización de las ciudades mayas, una relación que funciona en otras civilizaciones que adoraban las estrellas, como los pueblos azteca, inca y harapo, de la India.

De hecho, esta relación entre la localización de las ciudades mayas y las constelaciones -una teoría sostenida por la especialista Wendy Ashmore de la Universidad de California, Riverside- "no es que esté rechazada, pero no se acepta del todo", comenta a EL ESPAÑOL Andrés Ciudad, catedrático de Historia de América en la Universidad Complutense de Madrid y experto en cultura maya.

"No tenemos datos claros y fehacientes de ello, por supuesto que algunas ciudades pueden tener algunas orientaciones hacia la salida del sol, por ejemplo, pero no existen pruebas de que una ciudad estuviera asociada a un cuerpo celeste determinado", expone este especialista.

Según el mencionado periódico quebequés, Gadoury analizó 22 constelaciones mayas extraídas del Códice Tro-Cortesiano -o Códice de Madrid- y halló una relación entre la posición de las estrellas de las constelaciones -142 estrellas- y la posición de 117 ciudades de esta civilización precolombina; las más brillantes, además, parecían corresponder a las ciudades más importantes del imperio. 

Pero surgen dudas frente a esa versión. "La relación entre la posición de las estrellas y la localización de las ciudades mayas no se ha determinado por la investigación científica en ningún caso", sostiene Andrés Ciudad. "Hay muchos investigadores que han seguido esa línea y han trabajado sobre códices" sin llegar a un resultado similar, recuerda el catedrático español.

Siempre según la versión publicada en el diario canadiense, el joven analizó una vigésimo tercera constelación encontrada en otro libro y descubrió que contenía tres estrellas que correspondían únicamente a dos ciudades, Calakmul (México) y El Mirador (Guatemala), en el mapa. Según dedujo, tenía que existir otra ciudad -la número 118- en algún lugar de la Península de Yucatán.

Estrellas sobre el mapa

El adolescente compartió su descubrimiento con la NASA y de la Agencia Espacial Japonesa JAXA, que le suministraron imágenes satelitales. También comparó sus datos con imágenes satelitales de varios sitios abiertos, incluido fotografías de 2005 tras un gran incendio devastó una zona de selva en donde él pensaba que podría estar esa ciudad.

Y entre la maleza de esa zona remota, selvática y de difícil acceso, descubrió la forma de lo que parecen ser restos de una pirámide y una treintena de edificaciones, según explica el periódico. 

Esta supuesta nueva ciudad descubierta ha sido bautizada por Gadoury como K'ÀAK' CHI', que se puede traducir como "Boca de fuego".

Hay suficientes elementos que sugieren que podría ser una estructura hecha por el hombre

"Formas geométricas, como cuadrados o rectángulos, aparecieron en estas imágenes, unas formas que difícilmente pueden atribuirse a fenómenos naturales", comenta a dicha publicación Armand LaRocque, especialista en teledetección en la Universidad de New Brunswick, en Canadá.

Por su parte, Daniel De Lisle, de la Agencia Espacial Canadiense, comentó al diario británico The Independent que la zona es compleja para su estudio debido a su densa vegetación. "Hay características lineales que sugiere que hay algo debajo de esa gran capa verde", afirma, y añade: "Hay suficientes elementos que sugieren que podría ser una estructura hecha por el hombre".

En declaraciones a EL ESPAÑOL, el investigador de la Universidad de Boston Francisco Estrada-Belli, también especialista en cultura maya, comenta que "hay tantas ciudades mayas en la selva aún no detectadas que podría haberse encontrado algo por pura casualidad". "No tengo más información sobre la metodología ni la ubicación del sitio descubierto", añade, sin embargo.

¿Una gran ciudad? 

Una cierta prudencia se desliza de las opiniones de algunos expertos. Según el catedrático Ciudad, "es posible que existan zonas poco trabajadas o más desconocidas, pero zonas muy pequeñas". "Insisto, no hay evidencia que permita asociar las zonas que se puedan descubrir a determinadas constelaciones", añade.

Asimismo, recuerda que "toda la zona maya estaba poblada, toda", por lo que pueden detectarse aún zonas con signos de asentamientos, bancales de cultivos, etc. "Pero estoy seguro de que no es una gran ciudad maya, no tiene ninguna credibilidad afirmar eso, me extrañaría mucho", sostiene este catedrático.

Estoy seguro de que no es una gran ciudad maya, no tiene ninguna credibilidad afirmar eso

La tecnología se ha convertido en una aliada de primer orden para desentrañar los secretos de la selva. "Desde hace algunos años se ha utilizado sistemas como LIDAR (Light Detection and Ranging) para, por ejemplo, conocer mucho mejor conocer la ciudad maya de Caracol", comenta el experto. "Este sistema se usa para mapear las irregularidades bajo tierra para completar los planos arqueológicos, y eso se está utilizando para localizar todo tipo de unas mayas, no sólo ciudades".

La historiadora Evelyne Ferron también se muestra escéptica con el hallazgo de Gadoury, y recuerda en TVA Information -citada por Libération- que hay que tener cuidado: "A veces lo que identifica son estructuras o muros de piedras que en realidad no son realmente estructuras habitables. En Egipto ha pasado".

En cualquier caso, de confirmarse sería todo un acontecimiento que, según Estrada-Belli, demostraría "el alto potencial de las metodología espaciales para la arqueología y del alto numero de sitios para descubrir en las tierras bajas mayas".

De momento, nadie ha propuesto entrar en la selva para tratar de encontrar las ruinas de esta supuesta ciudad perdida, principalmente debido al alto coste de una expedición. No obstante, algunos arqueólogos ya han prometido al joven Gadoury llevarle a sus excavaciones.

Está previsto que el descubrimiento del chaval será publicado en un artículo científico -aunque no se ha desvelado aún en qué revista- y él mismo presentará sus conclusiones en la Feria Internacional de Ciencia de Brasil en 2017.