La Trinchera

De toros y toreros: un lugar para el aficionado en la boca del león.

Manuel Martínez Erice.

Manuel Martínez Erice.

Perezosa Taurodelta

Apenas un par de semanas antes de que precluyera el plazo para la presentación de candidaturas al nuevo pliego de Las Ventas, se hicieron públicos los carteles de la Feria de Otoño. Taurodelta se sentó ante los medios de comunicación con un triste final de temporada. La peor feria en años: el primer indicio de su tranquilidad ante el concurso público. No son unos carteles para reivindicarse antes de intentar la renovación. Las combinaciones deslavazadas, sin sentido y sin tensión, los carteles una vez impresos deben tener cierta tensión que le de peso al papel sobre el que se extienden y atraiga al aficionado con una sola lectura, solucionaban el último achuchón. La gestión de la presencia de Paco Ureña, por ejemplo, según contaron en un comunicado los apoderados del matador, los Chopera, primos del gerente de Taurodelta, se reduce a "es un torero sobrevalorado". Qué torpes. No conocen ni la plaza en la que llevan 10 años. Sí han contado con El Cid de las sustituciones, que es como volver a empezar la década pero con más canas y pingos encima. El mano a mano entre Curro Díaz y José Garrido es un palo de ciego. Quedar bien nunca fue tan forzado.

El contenido del pliego no convenció a nadie. Durante los días posteriores a su publicación el revuelo fue generalizado. Hubo quejas a la Comunidad de Madrid desde ANOET y los profesionales, la Unión de Toreros. No cumplía con las expectativas. La exigencia de los requisitos económicos redujo el número de empresarios potenciales que podrían asumir la gestión de la plaza de toros. Tampoco ayudaba el ansioso intervencionismo. Ciertas reformas planteadas en el pliego como obligación del empresario dan la sensación de esbozar, sobre todo ahora, un pacto soterrado con los políticos: yo te allano el terreno, tú me arreglas la plaza.

Taurodelta no se pronunció. Ni una sola voz negativa. La empresa, con tendencia al pesimismo, "a esto [la tauromaquia] le queda poquito", dijo hace dos años José Antonio Martínez Uranga, el anciano que comparte la dirección, de repente lo vio claro. El mismo Uranga, en un acceso de Mr. Wonderful, tan flamenco, lo valoró: "Es un pliego duro pero asumible". Con todos sus rivales y compañeros de patronal enfangados en la lectura y compresión del pliego, Taurodelta aprovechó, perezosa, para amasar el tiempo hasta agotarlo. La última posesión era suya. Relajadísimos, fallaron el tiro libre de Otoño y llegó este miércoles, fecha límite para la presentación de la plica.

Taurodelta ha hecho oficial horas antes del cierre del plazo su nueva candidatura bajo el mismo nombre en una unión temporal de empresas con Alberto Baillères, el multimillonario mexicano, nuevo gestor de La México, que financia el grupo empresarial español F.I.T. Baillères es propietario de Grupo Bal, sociedad a la que pertenece Global Gudea, corporación con la que Taurodelta quiere hacerse con Las Ventas. Lo adelantó Zabala de Serna. "Manuel Martínez Erice será su único director", han indicado luego a la prensa. Ya estaba, por fin, el trabajo hecho. Eran los únicos. Solucionado.

Pero no. Todo el plan se fastidió un poco después. Sobre la bocina apareció Simón Casas junto con la empresa de viajes Nautalia. Al 50%, ellos también optan ya a Las Ventas. En Hollywood sueñan con este tipo de finales. El habitual socio romántico, el de la palabrería y la feria del arte y la cultura, la persona que le daba algo de color a las habituales composiciones abatidas, grises y sin ideas, aquel al que largar cuando comenzaba el pragmatismo, el empresario escaparate donde centralizar buenas intenciones, ha aterrizado con el trabajo hecho para intentar conseguir definitivamente sentarse en el despacho. Esta nueva candidatura cuenta con el francés como presidente, con Curro Vazquez como director artístico y Nacho Lloret como gerente. Rafael García Garrido, director general de Nautalia, tendrá el mismo cargo en esta sorprendente U.T.E.

Sus objetivos apuntan al inmovilismo de los actuales gestores, "compensar la actual pérdida de público de la plaza de Madrid con estrategias de mercado muy agudas y creativas", frente al autobús con las caras de los toreros "grandes campañas de imagen y de comunicación" y "renovación, profesionalidad y creatividad" para revitalizar la programación y rejuvenecer la afición "gracias a la experiencia de Nautalia Viajes en el campo del turismo y el ocio".

Aunque la retórica de Simón Casas suele ser humo esta vez está apoyada por alguien no taurino, tanto que una vez fue antitaurino, por lo que hay posibilidad de seriedad. Frente a esto, lo último que Taurodelta ha puesto encima de la mesa es su Feria de Otoño y la sangría de abonados. Ay, la pereza.