¿Tanto cuesta entender que todos debemos ser iguales ante la ley?
¿Tanto cuesta entender que todos debemos ser iguales ante el fisco?
Es desesperante e irritante en grado máximo que salvo muy honrosas y escasas excepciones, quienes hablan o escriben en medios de comunicación, sean políticos, periodistas, asesores, empresarios, tertulianos, actores, músicos, espectadores, viandantes, entrevistados, piensen como piensen, en azul, en rojo, en naranja o morado, verde, negro, carmesí, razonen y argumenten sin que sus declaraciones se apoyen sobre estas igualdades ante la ley y ante el fisco que son, neto neto y fríamente, lo que de verdad nos une.
Los sentimientos, todos muy respetables. Las emociones, todas muy bienvenidas. Las diferencias, todas muy valiosas y cultivables pero, ante la Ley y ante Hacienda, nadie es más ni menos que nadie.
Si no hay mal que por bien no venga, la recíproca puede ser igual de cierta. El disparate que estamos viviendo trae consigo una oportunidad irrenunciable para hacer que todos los ciudadanos nos sintamos iguales, miembros de un Estado y un país que no privilegie a persona alguna por razones indefendibles de carácter racista, históricas trasnochadas o emocionalmente desequilibradas.
España debe contribuir al fortalecimiento de Europa. Europa necesita fortalecerse para poder competir en un mundo y mercado globales. Las energías, recursos y voluntades deben concentrarse en ese camino que es el de la prosperidad y bienestar social.
Cualquier otro tipo de actuación, es miserablemente egoísta.