Opinión

Cobardeando en tablas

Carles Puigdemont, durante su discurso.

Carles Puigdemont, durante su discurso. Efe

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Hace años se hablaba de muchos compatriotas sobre su destreza en el juego del mus, la razón en política y el doctorado en temas taurinos. Los hechos acontecidos en Cataluña, a manos de presuntos delincuentes, reconocidos por su incumplimiento o no acatamiento a la legislación española, dejan siempre desfasadas múltiples opiniones.

Sus actores principales han establecido un diálogo absurdo, mientras se encuentran a sueldo de los españoles. La situación se parece a una corrida de toros malos, descastados, cobardes, vagos y toreros faltos de huevos o cojones. ¿Quién es quién? Dudo.

La situación se ha originado por el ínclito Carlos Puigdemont. El pasado día 10 afirmó en el Parlamento de la Comunidad Autónoma de Cataluña:

- Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república.

Esta frase fue consecuencia de los resultados obtenidos en la consulta ilegal producida nueve días antes y cuyo escrutinio acababa de desvelar el propio Carlos. Ese mandato nace de la Ley declarada ilegal y suspendida por el Tribunal Constitucional. Quizá está lejos Madrid de Barcelona; puede que, intencionadamente, se entienda mal el idioma castellano. El letrado mayor de dicho Parlamento se opuso a dichos resultados, avisando de la ilegalidad del mismo.

Ocho segundos, después de ocho segundos, Carlos Puigdemont declaró:

- Propongo que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos el diálogo.

Menudo follón. Las redes sociales, actual reserva de opinión del común de los ciudadanos, se llenó de imágenes de un caganet -figura simulando a un humano defecando, con un truño como un puño- con el rostro del citado individuo Puigdemont, Carlos de nombre de pila.

Los analistas políticos debatían entre el  y el no; así como la duda de la validez de una afirmación, pese a ser reparada inmediatamente. En términos taurinos, el bicho se habrá dado cuenta de la metedura de pata -aunque sea calculada- contra el Código Penal vigente; ha intentado recular, pirarse del ruedo, abandonar la embestida previsible y trastos, antes de afrontar varios tipos penales cometidos. Pero. ¿es un toro o un torero? Igual da, se ha refugiado en tablas.

Finalizado el Pleno, 72 de sus diputados se reunieron en una sala anexa. Firmaron un documento donde, entre otras referencias histéricas de historia, se afirmaba:

CONSTITUIMOS la República catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social.

DISPONEMOS la entrada en vigor de la Ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República.

INICIAMOS el proceso constituyente, democrático, de base ciudadana, transversal, participativo y vinculante.

El Gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, se reunió a la mañana siguiente en Consejo de Ministros. A las 9 de la mañana comenzaron a deliberar sobre los hechos acaecidos la noche anterior. Muchos de ellos abogados del Estado, aconsejados por una gran legión de personas doctas en justicia, finalizaron con un resultado ciertamente incomprensible para muchos ciudadanos: el Gobierno ha requerido a la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia.

Ante esa determinación, muchos buscamos las noticias, los documentos, el video del pleno, así como la firma posterior; leer y releer para intentar comprender ese aspecto. Mariano ha decidido tirar por la vía de la burocracia. En caso de respuesta afirmativa de Carlos activarán el artículo 155 de la Constitución Española. Sin embargo, pese a lo esperado, tendrá tiempo hasta el jueves próximo; después de un par de días más, el debate en el Senado y seguirán corriendo las jornadas, junto con empresas huyendo de dicha administración autonómica e instalándose fuera de allí. Lástima que no conozcan Cigales (Valladolid), a buen seguro vendrían con su domicilio social y serían vecinos nuestros.

Hubiera sido más fácil tomar el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y un buen traductor de idioma, por si hubiere alguna discrepancia. Ante las declaraciones y firma de documento, el bicho en Madrid se acobardó en el 155; huyó de la embestida, acometida, de la derrota del animalico cobarde, escondiéndose unos días a la espera de confirmación.

Carlos enviará una copia de la firma y un soporte digital del video grabado, dejando la duda a Mariano sobre si sí o si no. Mientras tanto, los españoles seguiremos dudando de cuál de ellos cobardea más en tablas.

La afición, muy por encima de los actores, preveía otras acciones. Los mansos, descastados, avisados, reparados de la vista necesitan lidia de alivio. El tercio de varas se hace picando en querencia; banderillas negras y doblándose por los bajos, sometiendo al bovino hasta el último tercio. Una estocada en el rincón de Ordóñez o una chalequera de toda la vida pueden servir para finalizar la faena.

- Código Penal y corra turno, señor Presidente.