Opinión

Un minuto de Independencia

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, firma el documento sobre la Independencia después de comparecer ante el pleno del Parlament para trasladar los resultados de la jornada del 1-O. EFE/Alberto Estévez

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, firma el documento sobre la Independencia después de comparecer ante el pleno del Parlament para trasladar los resultados de la jornada del 1-O. EFE/Alberto Estévez

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Una normativa ilegal aprobada en el seno de una mayoría parlamentaria autonómica ha propiciado una situación que ha logrado partir en dos una sociedad, sociedad que juega peligrosamente a un enfrentamiento dialéctico peligrosamente próximo a la violencia.

Hoy es el día marcado por el secesionismo en el calendario para comenzar la paulatina comisión de delitos tipificados contra la paz o independencia del Estado, pero contrariamente a lo que el socio radical del Govern Catalán pidió, no se produjo la declaración unilateral de independencia que propiciaría la actuación de las instituciones para que el president diera con sus huesos en prisión.

Habló Puigdemont de la realidad paralela de un referéndum que sólo existió en las mentes adoctrinadas de un independentismo radical que supone el opio del pueblo catalán. Criticó con la mayor de las demagogias las cargas policiales, intentando escudar su estrepitoso fracaso en unos cuerpos policiales que hicieron su trabajo para el mantenimiento de la ley en una tierra en la que se intenta crear una legalidad diferente a la que la razón constitucional dicta. Esos cuerpos policiales, dicho sea de paso, se han ganado el mayor de los respetos como garantes últimos del orden constitucional, incluso por encima del Estado.

Reseñable sin duda fue la intervención de la líder de la oposición Inés Arrimadas de Ciudadanos. En un español meridiano y cargado de intencionalidad derrumbó todos cada uno de los razonamientos histriónicos que han llevado al independentismo a donde hoy está: el aislamiento internacional. Arrimadas, mirlo blanco de la lógica constitucionalista, expuso todos los razonamientos que alumbran a más de la mitad del pueblo catalán y a la práctica totalidad del pueblo español. No creo que yo sea el único que piense que muy probablemente Arrimadas acaba de postularse para ser la próxima Presidenta de la Generalidad Catalana.

¿Cuáles serán los siguientes pasos? Espero no equivocarme al prever un descuento en las pretensiones independentistas que, gestionadas con inteligencia por el ejecutivo central, deberían terminar en unas elecciones autonómicas para reflejar un nuevo escenario autonómico, a lo que se debería sumar una reforma constitucional que partiera de una pacífica convivencia que pueda reflejar con más exactitud todas las ideologías e idiosincrasias del pueblo español, sin odios ni enfrentamientos entre hermanos. Will see