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Isco es la ilusión

Isco en la celebración de uno de sus dos goles.

Isco en la celebración de uno de sus dos goles. REUTERS

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La Selección española estará en Rusia tras sellar su clasificación ante Albania. Un encuentro en el que le bastó media hora brillante para posteriormente dejarse llevar. España no falta a una cita mundialista desde Alemania 74. Un hecho a valorar y que muestra el crecimiento que ha tenido el combinado nacional en los últimos 40 años. Otras selecciones, caso de Holanda, no pueden decir lo mismo.

España ha superado con nota una catarsis en forma de fase de clasificación que ha sido menos dramática de lo esperado. El tiempo en este caso jugó a favor de España. Entre la pasada Eurocopa y el Mundial de Rusia el combinado nacional reordenó sus convicciones, se aferró, por suerte, al estilo que le hizo campeonar y en ese camino ha recibido buenas noticias. La aparición de Asensio y la confirmación de Isco son dos apuntes a tener en cuenta. El recorrido de ambos en el combinado nacional se antoja largo y exitoso. Veremos.

Especialmente reseñable es la evolución del malagueño. Isco siempre tuvo la necesidad de reivindicar el talento que todo el mundo le reconocía. Al arabesco puntual, le ha añadido un peso en el partido propio de los jugadores grandes. Ya no sólo regatea, asiste y golea. Ahora manda en el partido. Ha añadido una capacidad de sacrificio a su juego que le convierte en un indiscutible en cada fase del encuentro. Con y sin balón. Si ayer su presencia en el once de la Roja y del Madrid era puesta en duda, hoy por hoy la presencia del 22 blanco y de la Selección es irrefutable. Es Isco y diez más. La magia, mote por el que se le conoce al mediapunta en el Madrid, además de brillar, trabaja.

En Rusia, la Roja podrá comprobar si de nuevo se encuentra en condiciones de competir ante los grandes. Con la llegada de Lopetegui, tras finalizar el exitoso ciclo de Del Bosque aunque emborronado por los últimos fiascos en Brasil y Francia, se impuso desde el primer momento el ánimo de volver a ser competitivos. “No tenemos el nivel para ganar una competición”, afirmó de forma contundente Piqué tras caer en cuartos ante Italia el pasado verano. No le faltaban razones al central. Los dos últimos torneos internacionales mostraron a un combinado sin hambre, saciado en la victoria, y sin la convicción necesaria de los equipos que aspiran a ganar. Se imponía por tanto una renovación. Abrir las ventanas.

Para esa renovación no se buscó fuera sino que desde la Federación, aún dirigida entonces por Villar, se decidió repescar a quien lideró a la última gran camada. Julen Lopetegui fue el seleccionador del combinado sub-21 que en el Europeo de 2013 maravilló en Israel con Thiago, Isco y Koke a los mandos de aquel equipo. Nadie mejor por tanto para dirigir a la absoluta con esos mismos mimbres.

Suele decir Simeone que cuando vienen momentos difíciles lo mejor es no moverse mucho. Ante la incertidumbre, calma. Eso mismo debió pensar Lopetegui. Frente a los cantos de sirena de un plan B para España, opción que habría fructificado de haber sido Caparrós el elegido, el vasco recuperó el manual de estilo que hizo triunfar a la Selección primero con Aragonés y después con Del Bosque. No se trataba de inventar algo nuevo, sino de lograr que volviera a funcionar el invento. Eso sí, le dio variantes.

Lopetegui ha impregnado de euforia a un combinado que estaba marchito. A la riqueza táctica, como muestra la utilización de la defensa de 3 o el llamado falso 9, ha llevado con maestría y serenidad un vestuario que podría desbocarse. La convivencia entre Ramos y Piqué ha sido durante su trayectoria más estable de lo que se comenta, ha confiado en jugadores como Isco cuando no eran titulares en sus clubes y, en definitiva, ha logrado que la pelota vuelva a ser el centro de la Selección. Todo pese al caso Piqué y a los escándalos de la Federación. El vasco se ha ganado el crédito que pocos le concedieron. Rusia ya no es vista como una pesadilla sino como una ilusión. Todo gracias a él. Y a Isco, icono del ‘equipo de Lopetegui’.