Opinión

Amante TIC

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Cada mañana suena el despertador (¿alguien ha visto alguno?). Obviamente me refiero al del móvil, actualmente "renombrado como "smartphone".  Algunos miles de afortunados españoles dejan de abrazar a Morpheo y se disponen a enfrentarse a la vida real. Sí, esa que nos afecta a todos y que en la mayoría de los casos no es tan glamurosa como la pintan en los realities a los que, en los últimos tiempos nos tienen anestesiados de prime time idílico de relaciones "auténticas". Y sí, me atrevo a definirlas de tal manera porque hemos con las nuevas tecnologías hemos llegado a un punto de efímero éxtasis idealista que nos ha convertido en zombies de lo inmediato.

Lo "inmediato" está de moda. La pugna constante por ser los primeros y conseguir algo (lo que sea), nos tiene obsesionados.  Sin querer emprender el camino por los cerros de Úbeda, aunque resulte un paisaje motivador para ejercitar algo más que las piernas; me centraré en lo que a todos nos tiene más que preocupados en los tiempos que corren, " EL AMOR". ¿Y qué tiene que ver el amor con lo inmediato?, pues muy sencillo...

Cada día nos exigimos más ser "multitask" y ser capaces de cumplir con varias funciones al mismo tiempo. Quedaría muy poco ortodoxo recurrir a los tópicos típicos y decir que los hombres nunca han sido ni serán capaces de realizar varias tareas a la vez, pero las mujeres sí. En cualquier caso, al ser mujer diré que tampoco es del todo cierto. La verdad absoluta es que "amar", se ha convertido en una tarea más que ha de ser llevada a término con inmediatez y alevosía. ¿Ya sabéis por dónde voy? Por Úbeda o en el Camino de Santiago.... Venga os daré una pista (móvil en mano). Para amar hay que cumplir con los parámetros de la "era de la virtualidad real". Antes de salir de la cama no debe faltar un mensajito de "buenos días (con emoticono incluido).

Si no se añade el dichoso muñequito es que al/la susodicho/a le pasa algo. Igual es que está raro, se ha levantado con el pie izquierdo o es que se le ha olvidado desayunar corazones en forma de galleta y eso significa que ya no te quiere (eso del concepto amar está un poquito pasado de moda). Enfermizo, ¿verdad?.  Y lo peor de todo no es eso, lo más cruel y despiadado del uso de las más "cool" y globalizadas aplicaciones de mensajería es el doble check azul. Si a tu "cari" le envías un mensajito y no te ha contestado en aproximadamente 30 segundos, la relación ya entra fase de crisis. Aunque todavía hay otra opción más devastadora: "estar online, haber leído el mensaje y no responder". Eso huele a cuerno quemado. Dios mío, ni un ápice de inmediatez... ni siquiera un emoticono. Eso es, el final.

Y yo me pregunto, ¿por qué no vivimos un poco sin esos aparatos de control férreo?. ¿Por qué ya no quedamos a tomar café y nos miramos a los ojos para enamorarnos de verdad?, ¿por qué nos tenemos que conocer vía mensajería instantánea?. ¿Por qué nos estamos forjando un futuro tan virtual y tan poco real?. Creo que deberíamos reconducir nuestras ajetreadas vidas hacia un estado de "slow life" y tomarnos las cosas con calma. A quien le guste la buena cocina, debe saber que no hay nada como cocer a fuego lento.

Salgamos a la calle para enamorarnos del amanecer y dejemos de imaginarlo a través de fotografías. Quedemos con ese amigo y que está pasándolo mal y démosle un abrazo. Y sobre todo, abandonemos a nuestros amantes TIC y busquemos la magia de antaño. Preparemosnos para sucumbir ante una incertidumbre real en  la que todo es posible, sin intentar averiguar el pasado del otro a través de las redes sociales. Porque nada es lo que parece y quien no arriesga, no gana.