Hace años, asistiendo a una celebración religiosa, escuché la siguiente reflexión:
“Queridos amigos, querer que les explique el misterio de la Trinidad es esperar que les haga comprender la cuadratura del círculo”. ¡Imposible!. La FE es precisamente CREER, aunque no se vea, aunque no se palpe. Es una opción personal... individual.
Más tarde, en lenguaje coloquial, puso una apostilla fundamental: CREER en LIBERTAD es la única y gran opción personal que los hombres poseemos.
Las tragedias derivadas de la negación de ese principio van minando la cultura occidental.
Occidente ha creada una sociedad basada en el respeto al individuo...
Otros puntos cardinales han preferido sociedades en la oscuridad medieval, sociedades sin derechos personales, sociedades con mujeres esclavas, sociedades con barreras de petrodólares creadoras de fronteras insalvables para los pobres, sociedades sometidas a leyes perversas...
La gran diferencia entre ambas sociedades es la LIBERTAD PERSONAL... INDIVIDUAL.
El Individuo debe ser quien quiera ser él... porque nació sin pedirlo... en un lugar que no eligió... con un idioma que le impusieron... Lo único que le queda como propio es el derecho a HABLAR, a SOÑAR, a GRITAR, aunque eso se consiga llorando.
¡Occidente!, Levanta la cabeza y, mirando a Oriente, GRITA con orgullo que TÚ eres TÚ, en LIBERTAD.