Opinión

Una caminata vespertina

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Me pregunta Facebook que cómo me ha ido el día:

En la tarde he caminado muchísimo, tenía entrada para ver Inconsolable y como hay aglomeraciones sin número, líneas de metro y calles cortadas, decidí andar, lo que supuso cruzar Chueca.

¡Dios mío! ¡Los que hay! No me extraña que me haya quedado tan soltera. De los otros deben quedar dos... ¡y avergonzados!

Había gran homogeneidad de indumentarias: todos o casi todos iguales. Pacíficos, pero un no sé qué en el ambiente. Como un susto (mío).

También había una gran exhibición policial, aburridos.

Estas aglomeraciones en torno al gueto escaman un poco. No estarán recontando la población. Con lo bien que van los gitanos que andan por el bosque solos... Tiendo a mosquearme y a desconfiar.

Eché de menos a los cultos, a los listos, a los poderosos.

Una masa homogénea, errática, machacada de la bacanal de la víspera, vestida del todo a cien, sugestionada por los reclamos interesados que se traducirán en votos.
Así de frágiles, así de manejables.

Llegando a casa a plena luz del día vi una parejita joven, creo, solo veía una espalda con una mancha de sudor, atacaba suavemente el procedimiento tradicional. ¡Todavía hay esperanza!