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Coaching y neurociencia

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Cómo la Neurociencia puede demostrar que el 'coaching' va más allá de una metodología y algunas nociones básicas sobre funciones ejecutivas.

Hace unos meses asistí a una conferencia de Neurociencia. Algunos conceptos fueron muy instructivos pero lo realmente didáctico fue la conversación posterior con un neurocientífico, el amigo que me invitó a asistir al evento.

Según le iba comentando algunos aspectos de la metodología del coaching, me iba confirmando con axiomas científicos, la base real, a nivel neuronal, de algunas de las prácticas que se siguen en coaching.

Juan: La automatización de cualquier tarea, a nivel neuropsicológico representa un fortalecimiento de ciertas estructuras de neuronas, al ejercitarlas, las fortaleces.

Pablo: Es decir, que cuando en coaching defines ciertas tareas o acciones encaminadas a entrenarte para que cuando llegue el momento puedas conseguir tu objetivo, ¿representa ese fortalecimiento? Y que si las entrenas, por ejemplo con un role playing, ¿te será más fácil conseguirlo?

Juan: Efectivamente, incluso solo con verlas. Si observas a alguien hacer una tarea, también las fortaleces. Es por unos mecanismos llamados mecanismos espejo (mejor que neuronas espejo que es un término confuso o erróneo).

Pablo: ¡Guau! Eso me recuerda a un video de John Whitmore enseñando tenis a través de observar un movimiento y dejando que tu yo interior lo haga después en el juego. ¿Y las puedes ejercitar solo pensando?

Juan: Sí, pensándolo si, se trata de una parte de las funciones cognitivas denominada control, a veces funciones ejecutivas.

Pablo: ¡Más coaching! En las sesiones se hace pensar, se preguntan cosas como: ¿qué vas a hacer? ¿Qué harás si...? ¿Cómo te enfrentarás a eso? ¿Qué recursos utilizarás? Qué bueno!

Juan: Claro, dichas funciones ejecutivas, se emplean por ejemplo en este tipo de control y una evidencia empírica son las tareas sencillas pero cambiantes.

Pablo: ¿Tareas sencillas?

Juan: Mira la evidencia, acuérdate de los test de los colores y las formas. Te dan cuatro cartas y luego una quinta y te dicen: “Asocia la última carta por formas a una de las cuatro anteriores”. Lo haces 40 veces. Luego te dicen: “Ahora, cambiamos y asocia la quinta carta a alguna de las cuatro anteriores, pero ahora por color”.

Pablo: ¿Y cómo lo haces?

Juan: Este tipo de test se suele llamar Wisconsin. Lo que ocurre en el cerebro cuando cambias la regla de asociación es bastante complejo pero básicamente se divide en dos cosas. Una es que debes inhibir una regla que acabas de aplicar 40 veces seguidas y la tienes muy automatizada. La otra es que tienes que aprender la nueva regla.

La inhibición de la antigua regla hace que debas proceder a un re-wiring (re-cableado) porque probablemente la nueva regla requiere circuitos cerebrales parecidos. La codificación de la nueva norma se trata de un proceso de aprendizaje y el aprendizaje se desarrolla en base a conexiones de grupos de neuronas que sincronizan el disparo. Este tipo de aprendizaje puedes iniciarlo simplemente pensando.

Inmediatamente pasé al estudio y búsqueda de información sobre el tema, os voy a intentar resumir aquí, desde mi posición no científica, lo aprendido y encontrado sobre qué son las funciones ejecutivas.

¿Qué son y para qué sirven las funciones ejecutivas?

Son procesos cognitivos de alto nivel que nos permiten asociar ideas, movimientos y acciones simples para llevar a cabo tareas más complejas. Se podría decir que son habilidades cognitivas encubiertas y autodirigidas que nos capacitan para tener un comportamiento flexible y encaminado a nuestro objetivo. Anatómicamente, se ubican en el lóbulo prefrontal y, como dice Goldberg, son el director de la orquesta que dirige y supervisa al resto del cerebro.

Las funciones ejecutivas forman parte de nuestra vida diaria. Por ejemplo, llegar puntual cuando quedas con alguien o ir al trabajo, implican un uso adecuado de éstas. Si fallan no seremos eficaces y entonces nuestros planes y objetivos no se cumplirán como habíamos esperado.

Las funciones ejecutivas se coordinan e interactúan para la consecución de objetivos, a pesar de ser procesos independientes, y hacen referencia a un amplio conjunto de capacidades adaptativas. Esto hace que podamos analizar qué queremos, cómo lograrlo y el plan de acción que vamos a hacer para conseguirlo. Como se comentaba en el extracto de la conversación, se pueden entrenar y nos ayudar a conseguir:

• Definir objetivos

• Elegir cómo vamos a actuar para conseguirlos

• Organizar y administrar tareas

• Elegir conductas

• Ser más capaz de llevar a cabo las acciones

• Resistir las interferencias externas

• Inhibir conductas automáticas

• Ser consciente de si actúo bien y de los errores

• Prever y aceptar consecuencias

• Identificar problemas y cómo actuar en su caso

• Rectificar

• Fijar y controlar el cuando

• Aumentar tu capacidad de concentración

• Ser más flexible y rápido cuando quieres definir tus estrategias