Opinión

La columna de la tita Elena: Blandos

Un niño utiliza una tablet.

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Nos hacemos blandos en todo. Y consentidos. Y volubles, caprichosos.

Nos creemos fuertes y dinámicos. No hay más que observar las calles. Ruido en la ciudad, mucho ruido. Y lo tenemos que aguantar estoicamente. No hay otra forma.

Recuerdo a mi tita Trini, con sus 90 años que, cuando tenía un catarro, hacía inhalaciones de eucalipto, tomaba leche con coñac, mojaba un pañuelo de mano en colonia, para olerlo y al día siguiente estaba buena.

Eso en la ciudad, ya que en los pueblos, las mujeres se levantaban al amanecer, preparaban la comida, iban al campo y eso sí se acostaban bien pronto. Los hombres, cuentan, trabajaban de sol a sol.

Mujeres, más jóvenes que yo están afectadas de enfermedades, antes no divulgadas, como estrés, colesterol, etc y no se quejaban de lo que antes decíamos, “me duelen los huesos”.

Ese dolor de huesos venían provocados ya que cargábamos “como mulas”. No teníamos ni carritos de compra, ni mocho, y las cocinas o eran de carbón o de leña.

Cuando íbamos a la Universidad, recorríamos grandes distancias llenos de libros, todos gordísimos y no teníamos mochilas. Las llevábamos en grandes carterones de mano y nos la solíamos pasar de mano en mano, por el peso.

¿No será que, con tanto hablarnos de enfermedades nos estamos haciendo más achacosos?

Y a los jóvenes, no cansaros tanto, que cuando salís de fiesta, no os molestáis entre vosotros, ni os molestan los ruidos, ni los bailes… ¿entonces, qué pasa?

Mi nieta mayor, buenísima estudiante de Bachillerato y pésima en el Instituto me comentaba el otro día que iba a hacer Peluquería y Estética, se lo habían recomendado ya que no puede seguir suspendiendo más de dos veces los cursos. ¡Qué tristeza! También le sugirieron que hiciera Fontanería… y comentaba que eso no sirve para nada. ¡Qué pena!

¿No deberíamos involucrarnos un poco más y hacer que, aun con un oficio, tan digno como una carrera universitaria, nuestros jóvenes siguieran formándose tanto intelectual como profesionalmente? Es decir que hubiera un interludio entre dichos estudios. Si toman Formación Profesional, dejan de conocer a fondo cosas tan importantes como filosofía, historia, matemáticas, religiones o música. Pierden. Eso deberían plantearse nuestros ministros bien de Trabajo, bien de Educación. Y hacerlas amenas. Eso sí con la obligación de saber esas cosas como se saben los difíciles nombres como Harry Potter and Cia, los Pokemons o los mismísimos Lunnis, con nombres tan raros. Si pueden recordar a estos deberían saber bien quién es Cervantes, Ortega y Gasset o Séneca.

El nivel cultural no debería zanjarse a esas edades tan tempranas.

Blandos, nos estamos haciendo blandos.