Opinión

La farlopa bomba

Imágenes de drogas

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La epidemia de los años 80, reinventada: ¿Quieres heroína? ¿Para qué? Ya nadie se pincha heroína, lo que de verdad se consume es la farlopa, ¿quieres engancharte?

La cocaína era el lujo de los 80's, ahora ese lujo se convierte en el top de los mortales, cuando la mayoría buscaban una jeringuilla 18 veces usada para meterse un pico, la gente famosa, aquella basca que eran la ola de la Movida, la más exclusiva, la que pagaba por la droga de moda, ahora es una fuente de dinero imparable… ¿Ganar dinero con la droga? Hazte mula, podrás observar cómo tu vida se convierte casi como en la de un terrorista yihadista, ellos incluso tienen una ventaja, eligen el instante cuando van a tirar de la anilla para inmolarse, la mula va cargada de droga, de explosivos, sin embargo, no va a poder elegir cuándo perder su vida, ocurrirá y es inminente.

El caso, es que hablando con una abogada, abre un camino muy amplio, muy complejo, ¿hasta dónde llega la permisión de las autoridades? ¿En qué momento cierran los ojos? ¿Hasta qué punto se vuelven albañiles en esta gran edificación de ladrillos de droga? ¿Hasta qué escala llega?

Siempre hay personas que enloquecen al saber que a su sueldo se le puede añadir una “para extra” contribuyendo al mundo del tráfico de drogas, dejando pasar, haciendo de su profesión una comedia de Pedro Almodóvar, esas personas hacen de todo un cuerpo una gran sombra negra en tierra de nadie, como cualquier funcionario puede estar tentado en algún momento a añadir ese bonus delincuente a su bolsillo, afortunadamente se les trinca y pagan por esos delitos, pero la mancha que dejan en su uniforme es enorme y afecta a todas las personas que por el contrario luchan cada día en impedir esa entrada de droga a nuestro país.

La sociedad recuerda a esos delincuentes cumpliendo condena mucho más que a todos aquellos que intentan frenar incansablemente uno de los mayores negocios del mundo, nos lastran aquellos que entran en el rol de narcotraficante, porque es un golpe con una estaca en medio de todos los que se encuentran en los cuerpos de seguridad del Estado y todos los de alrededor, muy difícil de sacar…

Esa misma abogada plantea otro sendero, ¿cuántos se escapan? ¿Cuántas veces pueden entrar en nuestras ciudades sin que sean descubiertos? ¿Hasta dónde llega la implicación del personal del Aeropuerto de salida hasta que llega a nuestro país? La sensación que producen estas preguntas son de frustración: Intentar frenar a tu nivel esta gran espiral con varias cúspides formada por miles de millones de personas en todo el mundo es imposible, siempre pasará algo, de un modo u otro y más son las facilidades que ponen aquellos que están comprados, para que la viabilidad del viaje sea lo más alta posible y que el destino del estupefaciente sea casi seguro.

¿Por qué se mueve tanto? ¿Por qué es un negocio imbatible que siempre existió y siempre existirá? Los que se prestan a formar parte de este genocidio están acabando con vidas, no sólo de los kamikazes que se tragan, meten, esconden la sustancia, también de los que la compran, ¿o es que nadie la compra? ¿Sólo se trata de meterla en nuestras fronteras para entretenernos?, claro que se compra, se consume, es así, no traen droga arriesgando vidas para que caduque y acaben poniendo una oferta 3×2 en algún supermercado, se vende y consume a la velocidad de la luz, por grandes celebridades y por almas en pena en poblados de Madrid, no esa clasista ni racista, sólo se restringe su calidad, la pureza, cuanto más pura más cuesta, y la que traen de distintos países del mundo, tiene una alta pureza, un gran valor en mercado negro, eso sí, aquel alma del poblado la tendrá que consumir mezclada, puede que ni siquiera para tu tipo enganche note ese efecto que tanto les gusta, tienen que meter mano a la heroína, si es que tienen alguna micra, tienen que usar lo que encuentren.

A todos ellos y a los contrarios con una cuenta llena de ceros a sus espaldas están matando, les dan la cárcel en vida, una adicción mortal, como el caso de Yolanda, una drogadicta que acabó en un famoso poblado de Madrid mezclando cocaína y heroína, tenía 36 años, llevaba 18 años consumiendo, ella observó y vivió pidiéndolo contar en un reportaje de una famosa periodista la relación que tiene la droga que llega en mulas con esos sitios malditos, con las grandes organizaciones y hasta con el día a día más rutinario, o eso nos parecía…