Opinión

Consecuencias de una relación

Banderas independentistas ante el Palau de la Generalitat.

Banderas independentistas ante el Palau de la Generalitat. Efe

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Últimamente te veo muy nervioso, ya no eres el mismo que conocimos hace tiempo, estás más estresado, cuando te sientas en la mesa en compañía, hablas enfadado, incluso agresivo, esta situación te está cambiando, te está transformando. Supongo que son los roces que conlleva el mantener una relación diaria, el desgaste del día a día, el peso de llevar la voz cantante en esa relación, esa sonrisa de los primeros días, ya no está, ese jugueteo de primerizo, ya no está.

Solo te pido una cosa, separa tu relación con tus amigos y otra gente, de tu relación amorosa, que no afecte a nuestra vida, ya estábamos aquí antes de que te unieras sentimentalmente y seguiremos estando si esto acaba; te apoyaremos, si fuera necesario, si termina la relación que ahora tienes, pero no cargues en nuestras espaldas los problemas de tu convivencia, esos problemas que tu solo te has buscado, el decidir mantener una relación mormónica a tres bandas, solo fue una decisión tuya, sabemos que licita, pero muy difícil. El luchar contra los problemas de una relación diaria, uno a uno, ya es difícil, pues el mantener una relación de tres todavía más, las cosas no se arreglan juntándose en el amor, si de dos en dos, ya viene luego el desencanto del momento álgido, con la realidad del día a día, juntándose en el amor de tres en tres, puede desembocar en envidias, celos y tarde o temprano la separación.

Pues sí, señor Alcalde, esa relación de Tripartito, forzada en algunos aspectos, está dejando ver, últimamente, esa parte tuya que no conocíamos y no nos gusta, cabreado en la mesa de la sala de plenos, chillando y hablando mal a los demás. Si esto te va a afectar en lo personal, déjalo, nada es eterno, tarde o temprano esa relación terminara y tu tendrás que volver a la vida diaria, a relacionarte con todos nosotros otra vez, no te quedes solo, no vale la pena el castigo posterior de la soledad por un sillón forzado.