Opinión

11-M: políticamente cobardes, moralmente miserables

La culpa prefabricada de Jamal Zougam

La "culpa prefabricada" de Jamal Zougam

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No me obsesiona el 11-M, ya no, sin mucho esfuerzo -¿será por opiniones?- podría escribir de otros asuntos, pero lo cierto es que cada poco vuelvo sobre la masacre de Madrid, y no porque crea que alguien tiene que hacerlo o porque espere que sirva para algo, tal vez porque para no perder toda esperanza, como Sabina,: “Me disfracé de sabio frente al espejo, busqué dentro del alma lo que se esconde”.

Será por eso que hoy me dio por preguntar qué se oculta dentro del alma de las buenas personas que consideran que al menos uno de los condenados por la masacre es inocente y no hacen nada por él. Los que, sin mentir, consideran culpable a Jamal Zougam ya tienen lo suyo, la pregunta va dirigida a los que están convencidos de que un inocente va a morir en prisión por lo que ellos saben que no hizo. ¿Lo van a dejar así? ¿Nada van a preguntarse frente a un espejo?

Hace unos días pregunté en Twitter: ¿cómo calificar a los políticos, policías y magistrados que solo bajo el off the record dicen que Zougam es inocente? Recibí muchas respuestas, pero una de ellas me pareció muy importante por venir de quien viene, por su interés la reseño aquí: “Políticamente cobardes, moralmente miserables”.

Así me respondió: José Manuel Sánchez Fornet. No pudo dejarlo más claro quien durante veinte años estuvo al frente del (SUP), Sindicato Unificado de Policía. Es lo que son los que saben que Jamal Zougam es inocente y pudiendo hacer algo por él ni siquiera se atreven a decirlo públicamente.

Lo sé, poco podemos esperar de los políticos, policías y magistrados políticamente cobardes y moralmente miserables. ¿Y de las buenas personas qué podemos esperar? Su silencio es tan ensordecedor como cobarde. ¿Por qué no se atreven a buscar dentro del alma lo que se esconde?

Será que acertó Pedro J. Ramírez. Lo pueden leer en su artículo Sí, Zougam es Dreyfus: “Otra cosa es que eso les preocupe, o tan siquiera les importe, a gran parte de los españoles”. ¿Podrán mirarse en un espejo?