Opinión

Sota de Bastos

Un ventilador frente a un castillo de cartas a punto de ser derribado (o no).

Un ventilador frente a un castillo de cartas a punto de ser derribado (o no).

  1. Opinión

La baraja española era de gran predicamento en la historia de nuestro país. Tascas, tabernas, bares y, algunas veces, reuniones de amigos o familia, han sido escenario de juegos de cartas. Se decía de un español:

-Sabe de política, toros y es un campeón jugando al mus -opinable como todo, ya que esos méritos son difícilmente demostrables... “porque tú no sabes ni sostener las cartas”, apuntaría un castizo.

El uso de la baraja sirve también en labores de aprendizaje para niños con dificultades: secuencias de números consecutivos, ascendentes y descendentes. Esa técnica es el cinquillo, donde se coloca las cuatro cartas con el número 5 y se hace escala hacia arriba, abajo, de forma alternativa entre los jugadores.

En Cigales (Valladolid), jugábamos a la brisca, escoba, chinchón, tute -julepe y pocha como variantes-, con amigos. Era todo un ritual: tomar café y echar la partida. Entre comentarios, chascarrillos, incluso en épocas del 5 Naciones de Rugby -hace años jugaban sólo 5-, pasábamos las tardes de los sábados.

Nuestra baraja era de Heraclio Fournier con color azul, blanco y gris en la parte de trasera, en un entramado geométrico, que aún estoy buscando el sentido. La numeración iba del 1 al 7 con tres figuras: Sota, Caballo y Rey. Los palos de la baraja disponían oros, copas, espadas y bastos. En total cuarenta a distribuir entre los jugadores.

La situación política y social en España está sufriendo un declive tremendo en los últimos años; sin apenas darnos cuenta, los valores defendidos y recibidos por educación familiar, no digo ya escolar -que algunos parecen tener diez veces más de carencias, frente a su titulación universitaria-, son mancillados a la mínima oportunidad.

Vivimos mensajes contra judíos asesinados en el holocausto alemán; insultos a víctimas del terrorismo; manifestaciones en lugares de culto católico; propaganda de grupos terroristas aparándose en presuntas representaciones teatrales de pésimo gusto dirigida a niños; apología y apoyo a personas condenadas por violencia hacia otros semejantes. “Libertad de manifestación, opinión y lucha sindical” forman parte de sus argumentos. ¿Se puede ser más cretino? "Sí, se puede"; "Sí, Podemos", gritan.

Las personas encargadas de administrar Justicia han condenado -de forma muy leve a unos- o exonerado del presunto delito a otros, con fallos en Sentencias, que hacen pensar sobre el significado de la palabra... y de la Justicia. Esos resultados, tras años de investigación, originan dudas razonables sobre quién cumple pena dentro de prisión y otros se quedan en el limbo de entrar o no entrar dentro de los muros.

El argumento “no existe riesgo de fuga” se utiliza para evitar el ingreso. Nadie duda de la fuga; muchos estamos seguros de la posibilidad de continuar con la vida conseguida gracias a los delitos cometidos. ¿Y de la “alarma social” que se crea al tener noticia de su permanencia en libertad una vez dictada Sentencia? ¿Creen bien impartida la Justicia?

Esa palabra está aparejada al sentimiento que tenemos muchas Víctimas del Terrorismo hacia los terroristas. Deseamos recibir del estado -y de la sociedad- resarcimiento de los delitos cometidos, cuya motivación era simplemente ser ESPAÑOLES. Memoria, Dignidad, Verdad y Justicia. Nunca abogamos por la venganza, ni ejercimos violencia hacia los asesinos. ¿Sencillo? Va a ser que no.

“No podemos olvidar lo inolvidable”, dijo don Gabriel Moris Noguera, padre de una víctima de los atentados del día 11 marzo de 2004 en Madrid. Los miembros de ETA están saliendo a la calle sin haber cumplido íntegramente sus condenas; son liberados con la ausencia de haber colaborado en la resolución de 369 asesinatos; obtienen sus salida de prisión gracias a medidas de gracia, que ellos no tuvieron con otras criaturas humanas. ¿Se puede ser más miserable? "Sí, se puede".

El PSOE primero, el PP después, han dejado participar en política al apéndice de esos asesinos sin pedir perdón, ni dejar de justificar “lucha armada”, que significa TERRORISMO. Hace años ya gobiernan muchos ayuntamientos e intervienen de manera decisiva en Autonomías.

El otro día mi hijo quería jugar al cinquillo. Jugamos y ganó él, como casi siempre. Se me escapó una leve sonrisa al levantar la primera carta de mi montoncito: la Sota de Bastos. Esbelta figura, con un palo estrecho en la mano y ancho al descansar sobre su hombro, aporta varios significados como tal. Algunas interpretaciones del Tarot argumentan de forma simbólica a un arcano de tranquilidad y nuevos proyectos.

España necesita varias figuras similares a dicha carta de la baraja. Serviría también desechar a aquellos que justifican la violencia, ejercen presión ideológica con actos contrarios a la educación, respeto y a la Ley... una gran Sota de Bastos, por ejemplo, que nos hiciera recuperar la fe en la Justicia... y ayudara a las personas encargadas de administrar su principio.