Opinión

'Jackie'

Natalie Portman en Jackie.

Natalie Portman en Jackie.

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Desde la llegada de la televisión, hemos sido testigos de los más importantes acontecimientos históricos, algunos de los cuales, por su especial dramatismo, han quedado impresos en nuestras retinas y han sido objeto de análisis, debates, documentales, reportajes, libros, programas de televisión, y como no, películas.

En nuestro país, el golpe de estado del 23F, y los atentados del 11-M, creo que son los que más nos han sacudido y son revisados periódicamente, teniendo el influjo de no ser capaces de desviar nuestra mirada del televisor cuando se habla de ellos. Por supuesto otro ejemplo, este a nivel mundial, son los atentados contra las Torres Gemelas, pero si preguntáramos a la generación de nuestros padres, o nuestros abuelos, seguramente dos serian los acontecimientos que primero les vendrían a la cabeza, y cuyas imágenes aun hoy siguen siendo objeto de fascinación, la llegada del hombre a la luna, y el asesinato de Kennedy.

En el caso del magnicidio que se produjo en Dallas en 1963, a la indiscutible importancia del hecho en sí, se une no sólo la circunstancia de haber visto sus imágenes (que en el caso de los tomadas por Zapruder son tan nítidas como impactantes), sino el glamour, magnetismo y carisma del personaje y su familia, recuerdos unidos a su enigmática esposa, coprotagonista del atentado, sentada hombro con hombro mientras su marido era tiroteado.

Lo primero a destacar del film es que a pesar de la saturación de información sobre el tema y sus protagonistas, consigue transmitir una mirada propia y diferente de algo de lo que ya creíamos haber visto todo. El director Pablo Larraín, lejos de adaptarse a los hechos históricos, fagocita los mismos, llevándolos a su terreno y con el acierto de mostrarnos, dentro de un contexto tan sobreexplotado, una realidad concreta en la que nadie había penetrado, que es la peripecia personal de Jackie Kennedy en los días posteriores al magnicidio.

Tomando algunos puntos de conexión con su anterior película, la excelente El club, Larraín idea un relato fantasmal, casi medieval, en un castillo y su corte, la Casa Blanca, Camelot, donde las fiestas, la agitación y el glamour, han sido sustituidos por el silencio, el vacío y la soledad de una princesa que ve como sus cortesanos dejan de rendirle pleitesía, quedando desubicada en un contexto donde sin su esposo, queda reducida a una presencia espectral e incómoda con quien pocos se atreven a interactuar, ya que la mayoría no sabe cómo hacerlo.

Todo esto se nos muestra creíble, estremecedor y emocionalmente intenso, sobre todo por la memorable interpretación que realiza Natalie Portman en la que para mí es la mejor interpretación del 2016. Una actuación intensa y minuciosa, siempre en pantalla, siempre en primer plano, capaz de transmitir las inabarcables emociones que tuvo que tener esa mujer en ese momento.

Detalles como el asombroso parecido de su voz, sus gestos, un leve maquillaje que la asemeja físicamente pero sin llegar a caracterizarla, el vestuario, una perfecta ambientación, y un tratamiento musical tan arriesgado como acertado, consiguen crear un retablo tan brillante en lo estético como emocionante por la sensibilidad que transmite.

También hay que reseñar lo bien que está Peter Sarsgaard, en el papel de Bobby Kennedy, acompañando a la protagonista por su terrible periplo, y John Hurt, como sacerdote que consuela a Jackie (estremece como en su última secuencia reflexiona sobre la muerte, justo en uno de sus últimos papeles antes de morir).

Solamente me queda lamentar una cosa, y es la tibia acogida que ha tenido la película en parte de la crítica y la mayoría del público, que no han sido capaces de entrar en una historia que no resulta ser un biopic norteamericano al uso, y que muchos han encontrado, distante y algo extraña. Frente a esto, yo sí que entré, y aunque reconociendo que quizás no sea un film accesible para todo tipo de paladares, quedé fascinado por un estilo y unas interpretaciones que pronóstico que irán creciendo con el paso del tiempo, y que acabarán llevando a esta película a la consideración que se merece, que es la de una gran obra, que contiene una de las mejores interpretaciones que he visto.

NOTA 9/10