Opinión

Reciclaje personal, político y transparente

  1. Opinión

En el gran escenario en el que se celebra El gran teatro del mundo existen dos bancadas que jamás serán de CLÁ: las reservadas para “jubilados” y para “juventudes futuribles”.

La bancada de los jubilados, en el transcurso de la obra, se va convirtiendo en unas agrupaciones de asombrados, arrepentidos, inocentones, exaltados, deprimidos y, lo peor de todo, de indiferentes.

La bancada de las juventudes futuribles se va vaciando escena a escena, acto a acto, quedando al final sólo los que tienen algún familiar o conocido en el desarrollo de la trama.

El resto del teatro está ocupado por la CLA, conformista, colocada, pagada, alimentada y, sobre todo, subvencionada.

RECICLAR es reflexionar, cambiar, adaptar, corregir, condenar, compensar, recompensar...

RECICLAR es mirar la horrible humanidad insolidaria, que hemos ido generando y ser capaces de renombrar la vida, su contenido y su continente...

RECICLAR es aprender a jugar con una sola baraja, la de la dignidad humana, la que no está marcada ni por apellidos, ni por intereses personales, ni por moralidades acomodaticias...

RECICLAR es mirarse al espejo... romperle en mil pedazos y gritar:

¡YO, TAMBIÉN SOY RESPONSABLE!