Opinión

El clima de Podemos, complejo, deteriorado y enrarecido

Errejon e Iglesias en el Congreso.

Errejon e Iglesias en el Congreso.

  1. Opinión

Como todos sabemos, actualmente, la izquierda española la forman dos partidos: PSOE y Podemos. Formaciones que a su vez, internamente y por distintos motivos, están manteniendo duros enfrentamientos internos desde hace varios meses. Dejando para otra ocasión las desavenencias de los socialistas de cara a sus próximas primarias, no obstante, si triunfara cualquiera de los candidatos presentados hasta el momento, Patxi López, Pedro Sánchez y a no mucho tardar de Susana Díaz, sin temor a equivocarlos, lo más probable es que el Partido Socialista, fundado en 1879 por Pablo Iglesias, terminaría cediendo influencia en el ámbito del marco político español.

En cuanto al otro joven partido, Podemos, ellos mismos y a la vista de los acontecimientos, viven cargados de perplejidad y preguntándose cómo han llegado a la caótica situación en la que se encuentran. Son como un ejército de almas perdidas, cargadas de frustración, y dedicadas a contemplar las duras descalificaciones que se dedican mutuamente pablistas y errejonistas. Iglesias, arteramente, ha tratado de enfocar a Errejón sin conseguirlo hacia el Ayuntamiento de Madrid, pero este último se niega a abandonar la política nacional, maniobra de intoxicación que por cierto no ha sentado nada bien en las huestes de Errejón. La propia Rita Maestre se ha quejado de pretender convertir a Vistalegre 2 en un mercadeo de puestos e influencias.... Según las últimas noticias, la dureza de las desavenencias se está incrementando peligrosamente.

El pasado sábado ambas facciones organizaron por separado dos actos en distintos lugares y con horarios próximos, para impulsar a sus candidatos al Consejo Ciudadano, capítulo que formará parte muy importante de la composición en el Congreso. Iglesias defiende que ha llegado el momento de "decidir entre dos", todo lo contrario de la teoría de Errejón, argumentando que la militancia no quiere verse obligada a optar y si continuar con los dos dirigentes, mostrando incluso la foto en la que aparecen abrazados ambos líderes y saludando. Algo no muy fácil de entender.

Más allá de las disputas y descalificaciones, ha quedado meridianamente clara la existencia de dos Podemos, dos estilos con prioridades distintas, dos partidos con sus discrepancias e ideologías. Lo cierto y de cara al público, el morbo se centró en el ridículo número de asistentes convocados a las reuniones del pasado sábado. 200 al de Iglesias y 800 al de Errejón (matizando que en este caso hubo gente que no pudo entrar por falta de espacio). Entre los comentarios suscitados, las birras y pelotazos del viernes noche muy posiblemente coadyuvaron a que la asistencia de militantes fuese raquítica, y más señalada entre los seguidores de Pablo Iglesias...

Ya va siendo hora y así lo manifiesta el hartazgo de la ciudadanía, de que nuestros políticos abandonen sus vacuos discursos cargados de demagogia y alentados por un populismo insufrible que no aporta absolutamente nada. A estas alturas, ya no existe un vencedor claro, algo que no ocurría hace 15 días en que indiscutiblemente se habría apostado por Pablo Iglesias. Acusan al secretario general de "sobreactuar" y quizá no les falte razón a sus simpatizantes y votantes, comentando que los suyos le quieren lo justo pero nada más... Otros opinan que si Iglesias se viese perdido recurriría al pucherazo; quedarse fuera, nunca. Para Errejón, tales comentarios no pasan de ser meras especulaciones, por desconocer a favor de quien está la empresa Agora Voting que también interviene en este complejo tema.

Otro gran colectivo afirma que el odio que se ha generado en Podemos es muy profundo. Bescansa flota en las tinieblas y ya no le hacen ni caso; de ahí la recomendación de que no se meta en el lío montado entre la pareja de Iñigo y Pablo. El combate entre ambos debe dilucidar quien ostentará el poder de la ultraizquierda española. Confrontación a la que el zangolotino Errejón denomina "dicotomía intelectual" y el resentido Iglesias lo considera como "una confrontación con matices insobornables", a cual más cursi. Planteamientos que la militancia no entiende pero si le sorprende que nunca se debata, por ejemplo, sobre la reforma laboral, fiscal, propuestas sobre el problema catalán, etc. El poder por el poder y nada más.

Hasta el domingo, las espadas continuarán en alto sin que ninguna de las partes implicadas plantee una posible escisión. Nuevamente aflorarán los duros enfrentamientos y otras lindezas. Se reconocerá que los okupas de la Puerta del Sol ya pasaron a la Historia, e igualmente que el tercer candidato presentado, Juan Ignacio Moreno, solo formará parte de lo anecdótico pero nada más, y muy posiblemente quien termine más deteriorado al final de la contienda sea el propio Podemos... ¡Tiempo al tiempo!