Opinión

'Vivir de noche'

Fotograma de Vivir de noche.

Fotograma de Vivir de noche.

  1. Opinión

Entiendo que en EL ESPAÑOL no hay ninguna línea editorial predeterminada en lo que a la cuestión fílmica se refiere. Debería ser la opinión personal y cierto análisis razonado de esta -hago un inciso agradeciendo que en nuestro periódico no se llegue al nivel de argumentación de algunas críticas de Carlos Boyero que a veces apoya sus opiniones en conceptos tan sofisticados como “es que me cae mal”- lo que tiene que marcar la buena o mala valoración sobre una expresión artística. Ninguna premisa más allá de esto sería razonable.

No obstante, aunque no haya línea editorial, si que veo alguna “manía”, y una de las que más me llama la atención es el tiro al plato contra Ben Affleck, ya que antes del estreno de su último film en España, este periódico ha glosado las supuestas malas críticas iniciales que en EE.UU. ha tenido Vivir de noche, y también aprovechando que su hermano está cosechando algunos premios, aunque no venga a cuento, se ha enfatizado el hecho de que Ben nos parece muy mal actor.

En mi opinión, respecto a las críticas, y desde la objetividad de lo leído, no creo que hayan sido malas, han sido tibias, no han despertado pasiones ni en lo bueno ni en lo malo, pero casi todas la han aprobado. Respecto a su capacidad interpretativa, y esto sí que es subjetivo, Ben Affleck no se encuentra entre mis actores preferidos, pero creo que con carácter general es solvente, y en lo que se refiere a sus últimos papeles como la muy reciente El contable o Perdida, los defiende muy bien, y en ningún caso supone un lastre para la película su interpretación.

Ben Affleck es un actor correcto, y un director interesante, con un notable gusto por las buenas historias. Argo, su film más logrado, está espléndidamente rodado, fue reconocido por la industria y el público, y aborda una historia real con brío y oficio. Vivir de noche sigue otra estela, la de su primer trabajo Adiós pequeña, adiós con el que entronca a través del autor en cuyos libros se basan ambas, Denis Lehane, para mí el mejor escritor norteamericano de novela negra que hay en la actualidad.

No tiene mal gusto Affleck, ni sus elecciones están exentas de ambición, porque habiendo leído casi toda la obra de Lehane, estas dos historias, junto a Cualquier otro día, son las tres mejores obras del autor, y las más complejas. Por supuesto hay que abstraerse del origen en papel de la historia, y valorar la película de forma independiente del libro, pero en ambas películas, curiosamente, veo repetidas virtudes y defectos.

Centrándonos en Vivir de noche, creo que su puesta en escena es sobresaliente, las interpretaciones notables y algunos momentos están rodados de forma maestra, con destellos de gran cine y mucho oficio en su director. Por el contrario, no me resulta convincente el conjunto, básicamente por no estar suficientemente explicada la evolución de los personajes, creo que es bueno desarrollar las afinidades entre los mismos para crear una empatía con ellos que finalmente, y según avance la historia, puedan transmitirte emoción por lo que les suceda. Lamentablemente aquí no hay un buen timing para que el espectador odie a los malos, y se encariñe con los buenos, y acabas teniendo cierta sensación de batiburrillo, seguramente culpa del guionista, que casualmente también es Ben Affleck.

Es una película irregular con la que tienes una cierta sensación de oportunidad perdida, un film que se abastece directamente de las fuentes de la mejor novela negra, y de los grandes referentes del cine de gangsters, pero que no termina de estar a la altura, pese a su potencialidad y medios, de los referentes del género en los últimos tiempos. Un film que no permite que te vayas con mal sabor de boca, puesto que tiene la virtud de que lo mejor es su parte final (la secuencia del hotel es formidable) pero ante la que se impone la expresión, “¡qué pena!” frente a “¡qué buena!”.

En cualquier caso, creo que podemos seguir teniendo fe en Affleck, y yo personalmente, seguiré con atención sus proyectos, no siempre redondos, como el ejemplo que nos ocupa, pero generalmente dignos del máximo interés. Un autor que bebe de las fuentes del mejor cine de género norteamericano, con ambición en las historias, y solvencia en la dirección de las mismas.

NOTA 6/10