Opinión

¡Despierta Europa!

Trump obliga a Europa a coger las riendas  de su destino

Trump obliga a Europa a coger las riendas de su destino

  1. Opinión

Europa se desespera porque Trump no hace lo que ella quiere. Europa pretende que Trump sirva dócilmente a sus intereses, como si aún fuese la más bella del baile. Europa piensa que su ética acrisolada, sus sólidos principios, su larga historia de conquistas y dominios y su milenaria cultura, siguen siendo razones de enorme peso para embelesar al nuevo anfitrión de la Casa Blanca y convertirlo, como a sus antecesores, en un Quijote desinteresado, enamorado y dispuesto a pagar el coste de la verbena.

Europa se sorprende de que el nuevo rico del otro lado del Atlántico no haga lo imposible por entrar en el selecto club de los aristocráticos países que la componen. Europa inspira, hincha los carrillos, alza y gira levemente la cabeza y resopla con soberbia y desdén, expresando claramente su disgusto e incredulidad ante tamaña y tan pueblerina afrenta.

Así que mientras nos entretenemos con nuestras cositas, Trump trabaja, con mayor o menor dosis de demagogia, en conseguir fabricar más, vender más, ganar más y, en definitiva, poner más dinero en los bolsillos de los americanos y sus empresas. Igual se equivoca en los medios y en las formas, pero da gusto ver con qué claridad define los objetivos y ejecuta lo que dice que va a hacer.

Entre lo del brexit, las amenazas populistas y un poco de suerte, Europa se caerá del guindo y dejará de mirarse el ombligo. ¿Cómo pretendemos progresar más rápido que americanos y orientales si somos incapaces de eliminar la arrogancia francesa, la inflexibilidad alemana, la informalidad italiana y el pasotismo español? Nuestros vicios colectivos son potenciados por nuestros políticos e inundan los órganos de gobierno de la UE, incapaces de eliminar las barreras que realmente multiplicarían nuestra competitividad.

Aún pensamos que lo de la globalización no va con nosotros, sin darnos cuenta de que, por ejemplo, en el estratégico terreno de las tecnologías de la información cada vez pintamos menos y crece nuestra dependencia de productos y servicios creados en el resto del mundo. También pensamos que podemos seguir viviendo como vivimos sin tener que esforzarnos más, sin querer ser conscientes de que la globalización implica mayor relación, movilidad, comunicación y mezcla de personas, bienes, ideas, proyectos… lo cual enriquece llenado de grano los silos de quienes participan activamente de esta tendencia y penaliza a quienes nos distraemos contemplando la paja de nuestros establos.