Obama se va

En 1994 Clinton comenzó el muro en la frontera mexicana para combatir la inmigración ilegal. Se extiende por kilómetros en la frontera Tijuana–San Diego (California). Hay otros tramos de muro en los estados de Baja California, Nuevo México, Arizona y Sonora. En 2006 el Senado norteamericano aprobó la continuación del muro con hasta los 595 kilómetros y otros 800 de barreras para impedir el paso de automóviles. El malvado Trump ha amenazado con terminarlo y hasta con que lo costearán los mexicanos. Así será con solo echar mano de las remesas que los asentados en los Estados Unidos envíen a sus familias de extramuro.

También fue Clinton quien en el mismo 1994 implantó la “política de pies secos-pies mojados” como medida para afrontar la crisis de los balseros. Por ella, los emigrantes ilegales cubanos que lograran hollar con los suyos el suelo de Florida serían acogidos en Estados Unidos y legalizados, mientras que si fueran interceptados en el mar serían devueltos a Cuba. Ha estado vigente hasta una semana antes del traspaso de poderes Obama-Trump cuando el Premio Nobel de la Paz ha decidido tumbarla.

Nada se sabe sobre la intención del malvado Trump, si restituirla o enterrarla.