2016 alcanza el FINAL de un período perdido por culpa de algunos que quisieron convertir la política en un sistema de BONUS VITALICIO, eso que dicen Plan de Pensiones a medida.
2016 alcanza el FINAL pero no ha sido capaz de ACABAR un proyecto de convivencia consensuado entre todos que respete la unidad de España y proteja la diversidad personal o colectiva.
2016 alcanza un FINAL de etapa torpedeada por todo tipo de incidencias y que lo único que deja claro, en su libro de ruta, es el personalismo de la política, indiferente a la cruda realidad social... esa que, sin embargo, ostentan en sus estandartes publicitarios, como único objeto social de sus formaciones.
2016, con un calendario de 365 días perdidos, finaliza con el mismo escenario “vodevil”, para comedias teatrales de trama basada en los enredos, de diálogos picantes y temas amorosos con poca o nula trascendencia.
2016, quiso ACABAR, con el esfuerzo de todos, con el separatismo, con la violencia de género, con la politización intelectual de la educación, con los corruptos politizados, con la cláusula suelo, con la indiferencia al derecho de los demás, con los demagogos sin historia, con los amaneceres sin trabajo, con la soledad del emigrante, con el desprecio a la vida naciente, con el yo ególatra de algunos políticos, con las primarias a dedo y sobre todo, 2016 quiso ACABAR dando la mano a todos... pero...
2016, llegó al último día, del último mes y lo más que ha conseguido es el aprendizaje del “guiño”:
“Entre tú y yo, disimulemos..., que parezca que... y si no, mitinemos para que las bases llenen las plazas y con banderas regaladas y bocadillos de pan duro, griten, canten, sueñen...”
“Pero tú y yo, disimulemos... que no se nos note...”.
Por cierto dicen que los políticos vuelven en febrero del 17... Tengo que comprar el Calendario Laboral.