PELÍCULAS

'Hasta el último hombre'

Fotograma de la película.

Fotograma de la película. CC

  1. Opinión

Existen varias paradojas en esta película que hacen necesario que nos detengamos en ella y la califiquemos como una especie de rara avis exótica alejada de las corrientes actuales.

En primer lugar es una película bélica, y esto es en sí mismo una rareza, puesto que se trata de un género claramente en decadencia, que a pesar de atesorar un buen número de obras maestras a lo largo de la historia del cine, desde el inicio de este siglo apenas ha proliferado, quizás motivado por una sobrepoblación de películas dedicadas a la segunda guerra mundial. De hecho a parte de las dos películas de Clint Eastwood sobre la batalla de Iwo Jima en 2006, los únicos ejemplos relevantes que me vienen a la memoria datan ya de finales del siglo pasado con Salvar al soldado Ryan de Spielberg y La delgada línea roja de Malick, ambas de 1998.

En segundo lugar, es una película dirigida por Mel Gibson, que si bien ha demostrado un gran talento para la dirección a lo largo de su carrera (a todos nos gusta Braveheart, y como mínimo nos interesan el resto), lleva un montón de años intentando ser desagradable y haciendo denodados esfuerzos por caer mal a todo el mundo, y cerrarse las puertas de la industria. En los últimos tiempos se ha ganado merecidamente las etiquetas de homófobo, antisemita, maltratador, borracho, etc. Vamos que el tipo es difícil que pueda caernos bien, y raro que le hayan dejado dirigir una gran producción.

Pero hay una tercera razón, y sin duda la más importante, para prestar atención a este film. Su extraordinaria calidad, ya que para mí, se trata de una de las películas bélicas más importantes que se han hecho, un film grandioso, que creo que no está teniendo el reconocimiento necesario.

La historia tiene un esquema argumental clásico, un joven de la América rural, con una novia guapísima (enfermera como no), siente el deber de alistarse en el ejército e ir a la guerra. Pasa por el correspondiente periodo de instrucción con el clásico teniente tirano y malhablado, para finalmente acabar siendo un héroe en el campo de batalla.

Aquí la cuestión es que la narración se desarrolla y avanza con un tempo clásico lleno de virtuosismo donde todos los personajes son ricos en matices, complejos, y dan mucho peso a la trama. Además, las secuencias de acción y de guerra, son simple y llanamente extraordinarias, en la que el seguimiento de las batallas, su verismo y la espectacularidad de muchos de sus momentos, conforman un lienzo tan admirable como apasionante.

Por último añadir que hay hallazgos de todo tipo, ya que la mezcla de pacifismo y guerra, el mantenimiento de unos principios frente a todos y a todo, la interpretación del protagonista Andrew Garfield, que hace verosímil lo que a priori parece inverosímil, y la presencia de su novia en la ficción Teresa Palmer, respecto a la cual he de decir que no recuerdo haber visto en mucho tiempo a alguien iluminar la pantalla como lo hace ella, conforman un retablo tan potente en la forma como hondo en el fondo.

Cine con mayúsculas que entretiene, transmite, y por supuesto emociona. Una peli con aroma clásico, pero con toda la fuerza visual del cine actual.

NOTA 9/10