Opinión

'Historia de una pasión'

'Historia de una pasión'

'Historia de una pasión'

  1. Opinión

Por Gerardo Gonzalo Pérez

Observo que en nuestro querido periódico EL ESPAÑOL no se ha hecho ninguna referencia al film estrenado ya hace un mes, Historia de una pasión, (cuyo título original es A quite passion, y que podríamos traducir con mejor acierto como Una pasión verdadera, o Una pasión suficiente). Realmente resulta sorprendente ya que, una vez aclarado que el título del artículo no pretende glosar el devenir sentimental de ningún alto responsable de este periódico, lo que pretendo es hablar sobre un film que, al menos a priori, resulta del máximo interés, tanto por la historia que cuenta, que es la de la vida de la poetisa Emily Dickinson (la mayor parte de la cual la pasó recluida entre la cuatro paredes de su hogar familiar), como por quien la dirige, Terence Davies, sin lugar a dudas uno de los directores más interesantes del panorama cinematográfico contemporáneo.

Pero si este interés previo no fuera suficiente, después de haber visto la película, creo poder afirmar que nos encontramos ante un film no ya interesante, sino totalmente alejado de los estándares a los que estamos acostumbrados, y con unas apuestas en su planteamiento, desarrollo, y puesta en escena realmente asombrosas. Sin lugar a dudas nos encontramos ante el descubrimiento de una perla, y ante una de las películas fundamentales del 2016.

A quite passion es no sólo la descripción de la vida de una poetisa, Emily Dickinson, sino que en sí misma es poesía, una poesía que se nos presenta tanto en los fragmentos de la obra de Dickinson que se recitan, como en el propio guion, con unos diálogos de tal intensidad y belleza, que por sí solos cada uno de ellos darían pie a profundas reflexiones, conformando en su conjunto un retablo de una intensidad dramática y sensibilidad no vistas desde Dreyer o Bergman.

Pero es que además hay que sumarle algunos hallazgos visuales realmente audaces, y que fuera de pretender impactar, acompañan el magistral texto dramático conformando algunas de estas imágenes por si solas, cuando se abren paso los silencios, un completo discurso sobre el verdadero alcance del inexorable paso del tiempo en los personajes. Toda una pasión contenida, que vemos como poco a poco se va desbordando, por los arroyos del cuerpo y del alma, y que se nos muestra con un verismo tan elegante como lleno de matices, tan contenido como estremecedor.

No se la pierdan, sé que no es un film que pueda agradar a todos los paladares, ya que su esteticismo no es obvio, y su ritmo puede resultar a algunos en exceso pausado, pero tengan en cuenta que detrás de sus imágenes y de cada uno de sus planos hay una portentosa puesta en escena, y piensen también que su ritmo pausado es consecuencia de la intensidad de una historia llena de silencios vacíos y diálogos trascendentes, que debe permitir que nosotros espectadores, como comensales, podamos saborear apropiadamente lo que Terence Davies y Emily Dickinson nos sirven, un film biográfico, que a diferencia de la mayoría opta por aproximarse antes al alma de su protagonista que a la habitual secuencia de hechos y circunstancia que conforman una existencia.

NOTA 9/10