Opinión

Jurar sobre la Biblia y la Constitución

Mariano Rajoy jura el cargo ante el Rey.

Mariano Rajoy jura el cargo ante el Rey. Efe

  1. Opinión

Por Francisco León Miranda Barranco

Ahora que llega de nuevo el momento de nuestros políticos elegidos para ostentar aquel ministerio que le designen, tendrán que jurar o prometer sobre la Biblia y la Constitución. Algunos serán católicos-apostólicos, otros ácratas, pero tendrán una mano sobre cada uno de éllos. Y después, ¿qué? ¿volveremos a las andadas y a la hipocresía de que todo lo que juré o prometí era mentira?

Sí, recuerden los hechos por los que se está juzgando a ciertos políticos que juraron y prometieron en su momento y que utilizaron esa farsa para lucrarse y llevar perjuicio económico a familias y al Estado, o sea, a todos. No diré nombres, porque son muchos, demasiados. Y de todos los colores y pensamientos, si piensan.

Merece que se haga una reflexión sobre los castigos que estos impresentables de la política española deberían de recibir y creo que es el momento, después de la alarma social creada, como a ellos les gusta definir cuando quieren una sentencia a su favor.

Que las penas se endurezcan y lleguen hasta el doble tanto en cárcel como en dineraria de una sentencia normal aplicando el código penal actual. Eso sí, acompañada de una inhabilitación vitalicia para ejercer cargo público y pertenecer a ninguna empresa con capital de cualquier administración pública, así como eliminarles todos los privilegios con cargo al erario público que les quedan (escolta, coche, despacho, pensión vitalicia, etc)después de ser condenados en sentencias firmes.

Jesucristo sólo tuvo un traidor, pero en España viven demasiados descendientes de Judas. Y ya, no pueden quedar impunes.

Debemos de ser serios y exigir a nuestros políticos seriedad y responsabilidad durante su mandato. Con garantías de ser correctos en su función y trabajo. Si tanto se les llena la boca cuando dicen que somos Europa, también deberían de copiar al político europeo que dimite por la más mínima desconfianza de sus ciudadanos y que no salgan con la misma de: "No dimito por coherencia".

Hago extensible esta reflexión a futuros ministros, diputados, senadores, parlamentarios europeos y autonómicos y todos aquellos que nos representan. Seamos sinceros, este es un gran país y con grandes recursos para que en su funcionamiento tengamos demasiados Judas.