Opinión

El susurro del turuta

Soldado que toca la corneta en una unidad militar.

Soldado que toca la corneta en una unidad militar. CC

  1. Opinión

Por Félix Jacinto Alonso Holguín, @AlonsoHolguinFJ

La figura del turuta es fundamental en la historia de nuestro país, al menos para muchos que hicimos el servicio militar. Allí, casi nada más llegar a los acuartelamientos, se preguntaba si alguien sabía tocar la corneta. Los tiempos se medían por los toques de dicho instrumento, desde el inicio de la jornada al ocaso del día. Básicos los toques de izado y arriado de bandera, así como el recuerdo a todos los que fallecieron dando la vida por España.

Había compañeros dotados para la música, otros que, a base de practicar, llegaban a interpretar con mucha aproximación los toques de inicio, final... y algún otro que resultaba gracioso oír su interpretación de las simples melodías de 5 notas. Éstos últimos eran llamados turuta.

España suprimió el Servicio Militar Obligatorio -la mili- hace años. Precisamente un Gobierno del Partido Popular, a quien tildan de derecha rancia algunos exaltados de bajo perfil. Por ello, muchas personas desconocen ese término.

La clase política está dominada por algunos medios de comunicación. Se han creado y nacido opciones ideológicas basadas en técnicas de ingeniería social. Muchachos jóvenes agraciados, o no, de ambos sexos, o no, cuentan con formación en áreas diversas para incidir en el convencimiento de otros humanos. Algunos de ellos portan su corneta con sordina, emitiendo sonidos en simples susurros. Estas suaves melodías, cargadas de mensajes casi apocalípticos, llegan a masas de gentes que se niegan a contrastar esa visión un tanto tergiversada; claro que son más atractivos ya que, desde hace años, algunos piensan que gritando tienen más razón, verdad y convicción.

Ellos claman del enemigo político, cuando antes, incluso en tiempos de su añorada república, eran adversarios; algunos de ellos siguen mirando a los años treinta del siglo pasado, variando a conveniencia la culpabilidad de actos delictivos en su favor. Cuando se refieren a temas de terrorismo de los últimos 50 años, muestran cariño y comprensión hacia los individuos terroristas, en lugar de aprecio a nos, las víctimas. ¿De dónde ha salido tanto odio hacia una gran parte de esta sociedad y un amor tan extraño a los delincuentes?

El artículo 1 de la Constitución de España de 1978, vigente en la actualidad según parece, dice que nuestro hermoso país es un "Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Esta semana pasada hemos sido testigos de hechos de acoso en una universidad española. Lugar para explorar el conocimiento, incluso desde la discrepancia llegar a avances del conjunto de la sociedad, muchos de sus establecimientos son tomados por violencia e intimidación limitada.

Conocen los límites de la Ley, saben cuáles son las costumbres de los juzgados y, habitualmente, tienen los parabienes de los rectores universitarios. Se cubrían el rostro en Madrid, ocultando su identidad. ¿Tan valientes son? Mostraban carteles con lemas en pro de los presos de la banda terrorista ETA, precisamente en el aula Tomás y Valiente. Ese nombre fue puesto en honor del Catedrático de Derecho de dicha Universidad Ilmo. Sr. D. Francisco Tomás y Valiente, asesinado en su despacho de la Facultad por el etarra Jon Bienzobas Arreche, alias Karaka apenas hace 20 años.

¿Ésos son el futuro de España, de Europa, del Mundo? Tras conocer los hechos pormenorizados, un turuta con sordina comentó con contradicciones: “No comparto la forma de protesta... esas acciones son saludables... no hay que tener la piel tan fina”. Desgraciadamente ni es la primera vez, tampoco será la última, ya que dicho individuo participó tiempo atrás en la Universidad Complutense de Madrid contra Rosa Díez. ¿Se puede ser más miserable?

Sí, se puede. Han protagonizado una protesta inaudita en el pleno del Congreso de los Diputados contra los Centros de Internamiento de Extranjeros (CÍE's), solicitando Derechos Humanos. ¿Saben cómo funcionan dichos centros? ¿Conocen porqué motivo están esas gentes allí internadas?

Ustedes, conjunto de turutas, piensan que protestar es la única forma de conseguir asaltar el cielo de la democracia. Sea donde fuere, defender a España no se hace insultando a una parte de los ciudadanos que, al igual que ustedes, velan por sus intereses... que hemos puesto en riesgo nuestras vidas, y las pondríamos otra vez, porque nosotros hemos jurado defender a España por encima de nuestras vidas, si eso fuere preciso.

Espero y deseo que los turutas se vayan con su música a otra parte: aquí no son necesarios y sí prescindibles.