El canguelo socialista

Javier Fernández este lunes en Ferraz.

Javier Fernández este lunes en Ferraz.

Por Miguel Cabrera Jarén

Es esperténtico ver al presidente de la Comisión Gestora del PSOE animar a los suyos a elegir entre abstención o elecciones, pero apoyando la abstención. Prefiere un proyecto reaccionario, como él lo califica, en el poder -abstenerse es permitir en este caso-, a ir a otras elecciones -donde se pueden perder más escaños-. Y eso si se consuma en el Comité Federal el giro de 180 grados en el sentido del voto del 'no' a la abstención, haciendo bueno el dicho: “Más vale comer de rodillas que morir de pie”. Los delirios de la comida fácil han llevado estos días también a insinuar la abstención solo de los justitos para que Rajoy gobierne.

Las recientes elecciones en Cataluña para elegir al Secretario General del PSC ponen de manifiesto la grave crisis por la que atraviesa este partido tradicional y con casi toda probabilidad el resto de partidos. A ese proceso solo fueron a votar 9.115 afiliados de los 17.935 afiliados con que cuenta. Iceta obtuvo 4.889 votos y Parlon consiguió 4.142. Esto nos habla de cifras raquíticas de militantes. Si a eso añadimos que el PSC tiene 1.278 concejales, 16 parlamentarios autonómicos, 7 diputados nacionales, 1 senador, 1 parlamentario europeo, y representación en todos los estamentos catalanes, es fácil deducir la precariedad en la que están en una comunidad de más de siete millones y medios de habitantes y que está cambiando tan rápida como el resto del territorio nacional. De ahí seguramente la pérdida tan acusada de votos elecciones tras elecciones.

El divorcio entre los partidos y la ciudadanía es algo que ha ido aumentando con el paso de los años. La proliferación de esos políticos profesionales que han formado una casta donde el trabajo es su gran desconocido, que no tienen donde ir y que han ido cerrando las puertas a todos porque se jugaban su único futuro han hecho el resto. La base clientelar que tenían se ha ido cerrando y disminuyendo con la crisis. Hoy pocos creen en los políticos, cada vez más se quedan en casa cuando hay elecciones y por más que lo digan la transparencia es una cosa desconocida para la mayoría de los políticos. Solo hay que echar un vistazo a las páginas webs de las instituciones públicas. Se creen que el dinero que manejan es suyo.

Estamos a pocos días de ver como se dilucida el gobierno de España. Un PSOE dividido entre un 'no' legítimo y una abstención oportunista, cuando hasta hace poco todo era 'no'. Iceta ha manifestado públicamente un 'no' rotundo, y Susana Díaz, la líder muda, parece ser que llevará al PSOE a la abstención sin nombrar esa palabra. Hemos visto a acérrimos del 'no' pasarse al otro lado y seguro que no dudarían en volver donde estaban si al final hay elecciones con tal de seguir figurando en nómina. Es mucho lo que se juegan, equivocar el voto los puede lleva a estar fuera de las próximas listas, con lo que eso supone. Ellos antes que España.

Eso es lo que nos llega al ciudadano y lo que les hace perder a los políticos.
Y mientras los problemas de España sin resolver: ni con gobierno, ni sin gobierno.