La imagen antes que el nombre para el gran público

Caixaforum Barcelona presenta una completa retrospectiva sobre el fotógrafo estadounidense celebre por sus retratos de famoso.

Caixaforum Barcelona presenta una completa retrospectiva sobre el fotógrafo estadounidense celebre por sus retratos de famoso.

Por Marta Teixidó

La muestra Philip Halsman: ¡Sorpréndeme!, que hasta el próximo noviembre puede visitarse en el Caixaforum de Barcelona, para quienes rondamos la medianía de los 50, no nos son desconocidas ni ajenas, puesto que la revista Life tuvo una enorme repercusión en España en los sesenta y setenta, y esas portadas son un recuerdo visual de esa época.

Consultando de la nota de prensa: La exposición que ahora presenta la Obra Social a Caixa junto con el Musée de l’Elysée de Lausana supone la retrospectiva más completa que se ha realizado nunca del fotógrafo estadounidense y recoge, junto a algunos de sus retratos más célebres, imágenes desconocidas. ¡Sorpréndeme! está formada por más de trescientas obras.

Comisariada por Sam Stourdzé, director de las Rencontres de la Photographie de Arles, y Anne Lacoste, comisaria del Musée de l’Elysée de Lausana, la exposición sigue un orden cronológico, aunque está dividida en varios ámbitos: París en la década de los años treinta, Retratos, Puestas en escena y Halsman/Dalí.

El título de la muestra surge de la respuesta que Serguéi Diáguilev, el conocido director de la compañía Los Ballets rusos, dio a Jean Cocteau cuando este le preguntó qué había que hacer para poder colaborar con él: "¡Sorpréndeme!".

En París en la década de los años 30, se aprecia a un fotógrafo incipiente, tremendamente influido por las vanguardias del arte, especialmente el surrealismo, gracias al apoyo incondicional de André Guide, la primera personalidad a quien retrató. El espectador observa una obra experimental, en una época en que donde la fotografía artística se rechazaba sistemáticamente, y donde la cámara era comparada con el pincel.

Halsman mostraba en su trabajo que la cámara es una máquina, un instrumento realmente maravilloso, convirtiéndolo en un elemento para una nueva forma de ver, dotado de unas posibilidades inimaginables, guardando cierta relación con la pintura y otras artes plásticas, sin usurpar su territorio, algo que supo aplicar en moda, belleza, espectáculo, objetos, etc.

En este ámbito, pueden apreciarse originalidad de planteamientos, misteriosos juegos de luces y sombras, encuadres innovadores de una belleza excepcional como el dedicado a Ruth Haurewitz en 1937, dentro de la serie: Experimento para un retrato femenino. Las imágenes fotográficas le ofrecían a Haselman la posibilidad de entregarse con total libertad a la búsqueda de las manifestaciones del subconsciente, a través de un rico y febril imaginario, siempre realizados en un entorno íntimo, que pudo exhibir en toda su plenitud en la Galeria Pleíade de París.

Retratos

El Haselman surrealista, se transforma en fotógrafo más comercial y publicitario, que si bien sigue experimentando, deja de tener esa magia y misterio de los años treinta. La Segunda Guerra Mundial transmuta el concepto fotográfico de forma radical, surgiendo el fotoperiodismo, a través de los lógicos avances tecnológicos, que permitieron crear infinitas posibilidades, que Haselman aprovecha sin desperdiciar nada.

De ese ámbito, la revista Life es la protagonista, pero la actriz Marilyn Monroe es la estrella. En sus imágenes pueden apreciarse los cambios de enfoque, el juego con el color y unas ansias de vivir.

En Puestas en escena, la esencia de esa esfera es la Jumpology. La nota de prensa precisa su significado: Halsman veía la jumpology como una herramienta psicológica. Su interpretación científica era que el acto de saltar desinhibía a los modelos, a quienes, concentrados en el salto, «se les caía la máscara». En el curso del experimento, Halsman advirtió una enorme variedad de lenguajes corporales e interpretó esa gestualidad como una manifestación del carácter individual, revelado inconscientemente con cada salto. Hay que decir que a Marilyn Monroe le costó cinco años participar en la Jumpology. Se observan imágenes ciertamente curiosas de personajes totalmente encontrados: actrices como Brigitte Bardot, Audrey Herpurn, Buster Keaton o Peter Ustinof a la seriedad de Richard Nixon o los sofisticados duques de Windsor.

Finalmente, Haselman/Dalí, parece un “retorno al pasado”, puesto que el representante del surrealismo por excelencia, congenia a la perfección con un fotógrafo cuyos inicios fueron precisamente ese movimiento. Idénticos niveles en lo intelectual, en sus vivencias, la atracción por París y su elegancia, fueron el caldo de cultivo ideal para una singular convivencia fotográfica, beneficiosa para ambas partes, que les permitió desarrollar proyectos ricos en imaginación, donde la extravagancia se desarrollaba en plenitud, gracias a una fecunda creatividad que podía partir de elementos y conceptos de lo más variopinto, en especial, del bigote de Salvador Dalí, sello indiscutible de su imagen, que le proporcionaba un guión teatral perfecto no sólo para el gran público, sino para marchantes y coleccionistas, aunque las dificultades técnicas para llevar a cabo sus proyectos constituyeron todo un reto.

Una muy interesante retrospectiva, que permite conocer a un fotógrafo, olvidado por parte de las nuevas generaciones, que tuvo que competir con la televisión en imaginación y calidad.