Que la derrota llegue un día más tarde

FARC marchando en formación durante las conversaciones de paz del Caguán (1998-2002).

FARC marchando en formación durante las conversaciones de paz del Caguán (1998-2002).

Por Félix Jacinto Alonso Holguín, @AlonsoHolguinFJ

Días atrás se ha producido un hecho casi histórico en el mundo: un referéndum donde el propio Gobierno pedía rendir el estado a un Grupo Terrorista. Colombia y las FARC-EP, es decir los terroristas, habían llegado a un acuerdo para establecer la paz en el país. Me asaltaron varias preguntas: ¿estaban en guerra? Me refiero a ambos lados del acuerdo, claro está.

Los terroristas siempre están en guerra con los gobiernos; unas veces mejor organizados, uniformados, armados, pero siempre con el argumento de la violencia física para atentar contra la vida del resto de ciudadanos... Otras contando con la posibilidad de ir libremente de un lado a otro del territorio, o incluso de un estado a otro sin oposición de esos que reciben con brazos abiertos a asesinos.

En Colombia, según dicen muchas fuentes, se añade el detalle del narcotráfico por parte del grupo terrorista. Se cuenta que son ellos el mayor productor de cocaína del país, antes en manos de cárteles igualmente despiadados, pero sin justificación política, como si la vida y organización de una sociedad fuera justa causa.

La información de ese país y los grupos terroristas tiene cifras tremendas: más de 200.000 asesinados, 9.000 niños reclutados, 11.000 secuestrados y adiestrados como guerrilleros, miles de niñas utilizadas como esclavas sexuales... Aún teniendo la mente muy abierta y deseosa de paz, las FARC-EP se parecen a un grupo de delincuentes organizados y asquerosamente malvados.

Un periodista de una cadena de televisión colombiana me entrevistó el viernes antes de las elecciones. Quería saber la opinión de una víctima del terrorismo sobre ese referéndum:

-Sencillo: el Gobierno quiere entregar el país, junto con la Justicia, a los delincuentes.

Después vinieron preguntas sobre la comparación con España y ETA, ahí la cuestión fue más espinosa. En nuestro amado país llamado España, el gobierno del Partido Socialista Obrero Español alcanzó acuerdos con dicho grupo terrorista. Al menos todo hace pensar eso, ya que las actas de las reuniones siguen a buen recaudo en una Fundación con sede en Suiza. Por cierto, el Partido Popular, actualmente en Gobierno en funciones, tampoco ha desvelado el contenido. Por ello, da la sensación de que "el que calla, otorga".

Aquí, en nuestro país, los etarras ya no ejercen violencia física. Esos terroristas, cuando cumplen condena parcial, ya que no cumplen íntegramente el conjunto de la pena impuesta, no se han rehabilitado, ni ayudado a resolver crímenes o poner ante la justicia a sus compinches, así como tampoco indemnizan a sus víctimas. Son recibidos como auténticos héroes en los pueblos de nacimiento o residencia. Como si nada hubiera pasado.

Las víctimas -casi todas- siempre estamos en el mismo lado, en el de la justicia. Las víctimas-casi todas- permanecemos con la idea de no ejercer venganza alguna sobre los individuos terroristas. Es un hecho extraño y estamos orgullosos de ser gentes de paz. Educamos a nuestros hijos en el sentimiento de la justicia, además de explicar qué ha ocurrido en los últimos 50 años en España.

Últimamente estamos conociendo cómo en algunos colegios e institutos de la Comunidad Autónoma Vasca se celebran aurreskus con sus alumnos como protagonistas. Se trata de un baile al ritmo de un chistu -similar a un flautín- y un tamboril. Los jóvenes y niños, además de ser los danzantes, portan con orgullo las fotografías de terroristas de ETA y en ese punto asaltan dudas: ¿está de vacaciones la Fiscalía de Menores? No hace falta tener vigilantes ni cámaras de televisión de investigación porque ellos se enorgullecen de tales afrentas publicando ellos mismos los vídeos.

Hay unas triangulaciones interesantes que hacer: el Gobierno Vasco está sustentado por el Partido Nacionalista Vasco; las competencias en materia educativa está transferida a dicho Gobierno; algunas asociaciones y plataformas -éstas sin ser víctimas- de víctimas del terrorismo arropan públicamente a su lendakari. ¿Se entiende estar a caballo de un lado y otro?

El periodista colombiano pidió hablar con una víctima de ETA, pero la Asociación mayoritaria designó a un no víctima del terrorismo:

-Joven, te han engañado -comenté tras saber el hecho-, verás, es como si vas al Real Madrid, pides una entrevista con James Rodríguez y te dejan hablar con un tipo que ha comprado una camiseta en la tienda de enfrente.

Las víctimas del terrorismo -al menos quienes no nos hemos rendido nunca- día a día tratamos de alejar a todos los terroristas de nuestras sociedad; luchamos por mantener viva la idea de justicia en nuestro país y en el resto del mundo... con varios principios: Memoria, Dignidad, Justicia y Verdad. Y, sobre todo, no olvidar lo inolvidable: "Que la derrota llegue un día más tarde", como decía mi amigo Fernando Altuna Urcelay. Razón tienes, querido, aunque añadiría: "...en cualquier parte de este mundo, todos los días de nuestra vida".