¿Hay salidas al atasco político?

Pedro Sánchez en un acto de las elecciones gallegas/Kiko Delgado/ EFE

Pedro Sánchez en un acto de las elecciones gallegas/Kiko Delgado/ EFE

Por Anna-Clara Martínez

Seguimos atascados pero, por suerte, hay novedades. El próximo lunes está prevista la convocatoria del Comité Federal del PSOE que, de seguir por el cauce previsto, se celebrará el día 1 de octubre. En el mismo, la intención de Sánchez es defender, en primera instancia, el “no” a Rajoy y, en segundo lugar, exponer una alternativa de gobierno liderada por el PSOE. Es evidente que, a día de hoy, es incierta cuál será la reacción del Comité Federal, pues los resultados de los comicios electorales del domingo marcarán la dinámica del mismo.

Aún así, claro está que las salidas al atasco político son tres: la formación de un gobierno liderado por Sánchez, la “abstención mínima” a un gobierno de Rajoy o terceras elecciones.

En la primera, Sánchez podría alzarse como alternativa a Rajoy siempre y cuando cuente con el apoyo de Podemos, junto con sus confluencias, el de los partidos nacionalistas y con el beneplácito de los barones de su partido, especialmente de aquellos más críticos. Tarea ardua, pero no imposible, pues Podemos ya le ha tendido la mano a Sánchez en más de una ocasión. Además, para lograr el respaldo de los dirigentes, la estrategia que está sobre la mesa es la de aprovechar el Comité Federal del próximo 1 de octubre para convocar el Congreso el 23 de octubre, de manera que en esa fecha se elegiría el nuevo secretario general. Ello sería un desafío en toda regla a Susana Díaz, con el fin de ver si sería capaz de disputarle el puesto a Sánchez.

La segunda salida al atasco radica en la “abstención mínima”. Para que ésta se produzca, Sánchez debe rectificar su posición; algo que se antoja harto improbable. Ahora bien, también podría producirse esta abstención si Sánchez dejase de ser el Secretario General. Es una opción que se antoja complicada pues, de intentarlo algún dirigente, Sánchez podría apelar a las bases y que, mediante referéndum votaran acerca de qué opción prefieren: no, abstención mínima o gobierno liderado por el PSOE. Aún así, no conviene descartar nada.

En última instancia, y si ninguno de los dos caminos anteriores tiene éxito, inevitablemente nos veríamos abocados a unos nuevos comicios electorales. Elecciones que supondrán un estrepitoso fracaso de la clase política que, una vez más, no sabe entender el mensaje de la ciudadanía: pactos, consenso y una nueva manera de hacer política.