Todo vale para presionar a Sánchez

Pedro Sánchez durante el debate de investidura/Juan Medina/Reuters

Pedro Sánchez durante el debate de investidura/Juan Medina/Reuters

Por César Sampedro Sánchez, Doctor en Historia

Reconocía Luis María Anson, director del ABC verdadero en su etapa gloriosa, que a principios de los noventa "Había que terminar con Felipe González. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad”. Efectivamente, era la época del “todo vale” para acabar con Felipe. Casi veinte años después, pasadas la dos legislaturas de Aznar y las dos de Zapatero, el actual inquilino de la Moncloa y su parafernalia de medios de comunicación afines han inventado la paradoja de la esta máxima, que se resume en el “todo vale” para salvar a Mariano.

Mediadora indispensable en esta labor conjunta del poder político y los medios de comunicación es la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáez Santamaría, intocable en algunos medios de comunicación, otrora independientes.

Muchos años han tenido que pasar para que la práctica totalidad de los medios de comunicación escritos indicaran el mismo día y en portada de cuatro columnas que tras el debate de investidura de un candidato al mismo tiempo presidente en funciones, y el fracaso del mismo al no obtener los necesarios votos, la responsabilidad recaería sobre el líder de la segunda fuerza, que no optaba a dicha investidura.

Una situación similar a la de hace unos meses, cuando se firmó un acuerdo por el cambio, en el sentido contrario al que ahora se presenta. Que a día de hoy, la prensa, casi en su totalidad, por no coger el todo por la parte se ha encargado de tergiversar por completo con los mismos actores y casi el mismo escenario.

De tal manera que de los 184 votos que se opusieron en la sesión del 31 de agosto de 2016 a la investidura de Don Mariano Rajoy Brey, pareciera que todos correspondieran al líder socialista Pedro Sánchez. Que de la poca o ninguna habilidad de Don Mariano para conseguir las abstenciones necesarias que posibilitarían un gobierno de PP- Ciudadanos (otrora partido implacable ante la corrupción) y Coalición Canaria, fuera también responsable Sánchez. Y que de la convocatoria de unas terceras elecciones sería también responsable Sánchez, por ejercer “el bloqueo”, cuando el bloqueo lo ejerció Don Mariano desde el momento en que no dimitió después de mensajearse con el tesorero de su partido, ingresado meses después en prisión.

Quedaba por idear la última fórmula, que se sustanciará en el “todo vale” para presionar a Sánchez. Será la expresión que mejor resumiría la situación política y mediática actual. Cuando los socialistas eligieron a un desconocido secretario general al frente del PSOE de nombre José Luis y de apellido Zapatero, fue muy comentada la expresión del veterano Alfonso Guerra, que dijo tener a un “Bambi”, pero quedaba omitida en muchas referencias que la frase termina con “pero un Bambi de acero”. Tal vez con Sánchez se hayan encontrado con lo mismo, un líder, pero de acero.