Ciudadanos da una lección de política

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera/Fernando Alvarado/EFE

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera/Fernando Alvarado/EFE

Por Sigfrido Samet

Ningún periódico de papel ha publicado los 150 puntos del pacto C’s-PP, sólo resúmenes. Sí lo han hecho periódicos electrónicos, como El Español. Cien de estos puntos habían sido ya convenidos con el PSOE. Casi todos son evidentes mejoras de la actual legislación. Impulsarían la economía y favorecerían tanto a los sectores más modestos como a los autónomos. ABC y El Mundo lo elogian en sus editoriales (29-8-16). Pero Luis Ventoso (Pajaritos) señala lo aparentemente obvio: que el acuerdo “tiene el valor de los billetes del Monopoly mientras Sánchez no se apee del guindo”. Ignacio Camacho lo llama “pacto estéril”. José María Carrascal elogia el pacto , aunque “requiere el apoyo de terceros”. En El Mundo, Raúl Piña (¿Por qué si es imposible?) analiza algunos puntos de manera mezquina. Por ejemplo: "C's intenta afianzar su condición de bisagraLos de Rivera siempre han presumido de ser los únicos capaces de pactar con la derecha y con la izquierda. Tras el acuerdo de Gobierno fallido sellado con el PSOE, necesitaban hacer ver que también podían lograr acuerdos con el PP a nivel nacional, para no quedar señalado como muleta específica de uno de ellos”. Volveremos a este párrafo.

Escribe Lucía Méndez (Sánchez y Rajoy: debates cruzados): “El bloqueo político del sistema está provocado por el nacimiento de dos fuerzas políticas nuevas que han arrebatado parte de su electorado a los dos partidos hegemónicos, pero la crisis institucional y el resultado de las segundas elecciones han relegado al papel de secundarios a Podemos y a Ciudadanos”.

En realidad, es al revés: quien bloquea es el PSOE, constitucionalista como PP y C’s. Pero la aparición de Podemos y Ciudadanos se debe al contubernio PP-PSOE, que se alternaban en el poder y en la corrupción, despreciando las opiniones y los intereses de los ciudadanos, y C’s, lejos de quedar “relegado al papel de secundarios”, demuestra ser el partido decisivo.

Ciudadanos ha dado una lección de política a politólogos y a comentaristas políticos, lo cual, a mi juicio, independientemente de los resultados, es el avance conceptual en política más importante desde hace muchas décadas. Cuando pactaron cien puntos con el PSOE, no fue para investir a Sánchez, sino para poner en evidencia un gran número de puntos programáticos compartidos, demostrar que se puede llegar a acuerdos, e invitar al PP a sumarse. Ahora han hecho lo mismo con el PP, cuya investidura apoyan porque lo pésimo –convocar terceras elecciones- es peor que lo malo. Y al incluir las medidas deseadas por el PSOE, lo comprometen moralmente a sumarse con su abstención.

Pero ni antes apoyó C’s a la “izquierda” ni ahora a la “derecha”, sino a dos partidos constitucionalistas, prácticamente idénticos en su acción gubernamental. Sin conceptualizarlo C’s demuestra de hecho que “izquierda” y “derecha” no son categorías políticas sino de marketing.

Muestra también que, en las actuales circunstancias, un partido pequeño puede influir hasta el punto de introducir muchísimas medidas que no estaban en el programa del PP. Por lo tanto, C’s no es “bisagra” ni “muleta” de nadie, sino un factor decisivo. Los acuerdos no son “fallidos” aunque no se logre la investidura. Demuestran a los partidos y a los ciudadanos que pactar es posible y necesario. Probablemente el PSOE se mantendrá en el “no”. Pero sería oponerse a su propio programa, lo cual aceleraría la desintegración de ese partido. Enseñan, por último, que líder no es quien “sigue” a los ciudadanos sino quien los guía.