El imprescriptible Pacto del Tinell

Ciudadanos, en la presentación de su programa económico/ Wikimedia Commons

Ciudadanos, en la presentación de su programa económico/ Wikimedia Commons

Por Ángel Zurita Hinojal

De las elecciones autonómicas de Cataluña del 16 de noviembre de 2003 resultó la necesidad de pactar para formar gobierno. El contexto era la mayoría absoluta de Aznar en el gobierno central. La solución fue la alianza de ICV-EUiA (Joan Saura), el PSC (Pasqual Maragall) y ERC (Josep-Lluís Carod-Rovira) que el 14 de diciembre suscribieron lo que dio en llamarse Pacto del Tinell, cuyo meollo fue la formación de un gobierno tripartito en base a cuatro postulados:

1) Más y mejor autogobierno, con más calidad democrática y nuevo Estatuto.

2) Un nuevo impulso económico para Cataluña.

3) Cataluña, una nación socialmente avanzada.  

4) Una nueva política territorial y ambiental. En un anexo, se excluía la posibilidad de cualquier pacto de gobierno o establecer acuerdos de legislatura con el PP, tanto en la Generalidad como en las instituciones de ámbito estatal.


Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (C´s) se constituyó en 9 de julio de 2006 a partir de la plataforma cívica Ciudadanos de Cataluña, con la esencia de defender la españolidad de Cataluña y la oposición a la imposición del catalanismo exclusivo.
Desde aquel pacto y esta fundación han transcurrido casi 13 años y más de 10 respectivamente. En el camino: 11-M, dos legislaturas con gobiernos de Rodríguez Zapatero, confirmación de la crisis de la hegemonía convergente en Cataluña, crisis económica mundial y española en particular, perspectiva de rescate de España por la UE, mayoría absoluta del PP en 2011, elusión del rescate con medidas de caballo, elecciones generales de 20-D-2015, nuevas elecciones de 26-J-2016, en ambas con victoria del PP por mayoría simple, en la segunda por más mayoría.

Pues bien, ante la grave situación internacional y nacional a la que se enfrenta España, tanto en diciembre como en junio, el PP ha llamado a los partidos nacionales a la formación de un gobierno de concentración (de coalición o de gran coalición ¡qué más da como se llame!); lo ha hecho por activa, por pasiva y por perifrástica. Pero aquellos responden con ensoñaciones ideológicas, con los egoísmos de sus líderes y con equidistancias asimétricas.

Mientras, España, con un gobierno en funciones, sigue navegando en el mismo proceloso mar de la crisis económica, política y estratégica mundial y en la más preocupante y potencialmente irreversible crisis política y constitucional en el plano nacional.

Todo me cuadra menos el papel que asume Ciudadanos. Diez años de vida para sumarse a aquel indeclinable Pacto del Tinell. Diez años, Una eternidad. Y no he escrito de UPyD ni de Podemos.