Un cambio ya

Por José David Martínez Rodríguez 

Si nuestros dirigentes no son capaces a entenderse deberíamos enseñarles el camino, aunque sea mediante el uso de la ley. Eso es lo que hacen a diario, establecer leyes para que nosotros hagamos lo que quieren.

Los 350 escaños se deberían repartir de la siguiente forma: a partir del resultado de las elecciones, si no hubiera acuerdo, 74 escaños para repartir entre los partidos que no han conseguido ni el primer ni el segundo puesto.

El primer y segundo partido en votos disputan una segunda vuelta, mano a mano. El ganador se quedaría con 176 escaños, el pederdor, con 100. De esa manera ya tendríamos gobierno. Aunque estoy seguro que con esta ley también se buscarían excusas para no llegar a ningún acuerdo.