El miedo a votar distinto

Por Juan Fernando Ramón Sánchez

Uno de los fenómenos psicológicos más llamativos y que puede afectarnos bien a nivel individual como a nivel colectivo fue descrito por Martin Seligman, denominándolo indefensión aprendida. Básicamente, consiste en aprender la conducta pasiva, en la percepción de ausencia de control sobre una situación dada. Así nos explicamos por qué suceden las cosas, dando lugar al fatalismo y a focalizarnos en el presente, sin más capacidad de análisis.

Aunque Seligman desarrolló esta teoría en base a experimentos con perros a quienes aplicaba descargas eléctricas, las cuales no podían evitar de ninguna de las maneras, aprendiendo así a no hacer nada, no es difícil inferir que el poder con nosotros lo viene haciendo desde tiempos remotos y de distintas maneras. Así nos enseñaron que la crisis era fruto de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, si bien las posibilidades para algunos de nosotros eran más bien bajas, también nos han enseñado que da igual a quien votes, todo va a seguir igual, que todos los políticos son iguales ante la corrupción. Hasta el refranero nos advierte que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. De esta manera sabemos lo que somos, pero no sabremos lo que podríamos ser.