Pactos y no pactos

Por Miguel Ángel Fraile de la Paz

Muchos de nosotros hemos escuchado a nuestros líderes políticos que, tras estas segundas elecciones que se convocan en menos de un año, hay necesidad de buscar y encontrar pactos.

Desde mi punto de vista, es vergonzoso tener que escuchar estas declaraciones de los principales candidatos que, por obligación, tenemos que votar.

¿Por qué hay que pactar ahora y no antes? ¿Por qué nuestros representantes políticos juegan tanto con el futuro de millones de personas sin que les importe?

A la primera pregunta no sé si tengo una respuesta. En mi opinión, la situación que van a dejar las nuevas elecciones será prácticamente la misma que en las anteriores (según las encuestas), con la excepción de la subida y bajada de algún partido político que hará que formar gobierno siga siendo igual de difícil que después de diciembre, ya que ningún candidato obtendrá mayoría absoluta y, la suma de escaños entre varios partidos, no lo logrará tampoco.

Por lo tanto, esto nos hace ver que no es que ahora sea el momento de pactar, sino que siempre lo ha sido, aunque nuestros líderes políticos hayan antepuesto, una vez más, sus intereses a los de los españoles.

A la segunda pregunta sí que tengo respuesta. No es de extrañar que estos individuos que nos representan nos hayan hecho llegar a esta situación, ya que a ellos no les ocurre nada si hay o no hay gobierno. Ellos siguen cobrando su sueldo e incluso cobran la indemnización de trabajo de 6 meses cuando realmente han trabajado cuatro días contados.

Me gustaría proponerles (al igual que muchas empresas hacen con sus empleados) que, si no logran los objetivos que les atañen y que deberían cumplir, dejen paso a otros que sí estarían dispuestos a formar un gobierno que se interese por el bienestar de la ciudadanía y no por ver en que asiento del congreso se sientan.

Para concluir, desde mi punto de vista, los ciudadanos no deberíamos dejar pasar este tipo de acciones a nuestros gobernantes, pues es así como se han labrado la fama de intocables que tienen. Sería conveniente que, si en un futuro se vuelven a dar esta situación (de corazón deseo que no), mostrásemos nuestro descontento a los responsables de situaciones tan ridículas como esta que hemos vivido, en vez de hacer una huelga por una ley implantada.