El PSOE frente al sorpasso

El secretario general y candidato del PSOE, Pedro Sánchez/Paco Campos/EFE

El secretario general y candidato del PSOE, Pedro Sánchez/Paco Campos/EFE

Por Mario Martín Lucas

En esta larga campaña del 26-J, si hay una palabra que va unida a la marca PSOE es sorpasso, en referencia a la posibilidad de que pueda ser superado en votos, o en escaños, o quien sabe si en ambas cosas, por la coalición “Unidos Podemos”. Lo cual ocurriría si se repitieran los votos expresados el pasado 20-D, es decir o bien se produce un incremento muy notable de los apoyos recibidos por el PSOE o la nueva coalición sufre perdidas de apoyos, bien entre quienes votaron a IU o entre quienes votaron a Podemos; si ninguna de estas dos cuestiones se da, el “sorpasso” será un hecho.

¿Cómo es posible que el PSOE haya llegado hasta aquí? Y tenga que pelear, no por ser alternativa de Gobierno, sino para no ser superado por un partido que recoge la sensibilidad del voto de izquierda de los hijos, o nietos, de quienes se sintieron atraídos por la apelación al voto del cambio que protagonizó en carnes propias en 1982.

Es evidente que los errores propios cometidos por los socialistas están a la cabeza de ello, comenzando con la nefasta gestión de José Luis Rodriguez Zapatero, especialmente en su segunda legislatura, en la que no abordó de forma adecuada los primeros síntomas de la crisis, con un desmesurado, y excesivo, endeudamiento privado, con total falta de control financiero y perdiendo de vista unos adecuados niveles de déficit. Pero también por la tibieza de otros exlíderes, como Felipe González o Rubalcaba, respecto al poder establecido y cierta inacción respecto a las políticas emprendidas por el Partido Popular desde 2011, lo que les llevó a una falta de sintonía con los problemas reales de las clases que suponían su base social tradicional, casos de corrupción aparte.

Nada marca mejor la cierta desesperación socialista como el hecho de que se conformarían con repetir los resultados del 20-D, con aquellos 90 escaños que supusieron entonces su peor marca histórica, superando, en negativo, los 110 escaños logrados por Rubalcaba en 2011.

El sorpasso amenaza, pero que nadie se equivoque en el PSOE. El problema no quedará en Pedro Sánchez, se cambiará al secretario general, pero la disyuntiva permanecerá, la alternativa entre apoyar un Gobierno en el que esté el Partido Popular, o esté Unidos Podemos, será la clave de bóveda de su próximo futuro. También es la cuestión que más agradecerían sus posibles votantes que despejara cuanto antes en esta campaña electoral, aunque la afirmación hecha por Pedro Sánchez ante la XXXII reunión del Circulo de Economía, celebrado en Sitges: “les puedo asegurar que no va a haber terceras elecciones”, sugiriendo la formación de Gobierno tras las del 26-J, parece dejar vislumbrar ya la respuesta.