Fracasar

El entrenador del Atlético de Madrid Diego Simeone/Stefan Wermuth Livepic/Reuters

El entrenador del Atlético de Madrid Diego Simeone/Stefan Wermuth Livepic/Reuters

Por Rafael Maria Molina Escondrillas

Diego Pablo Simeone declaraba al término de la final del pasado sábado ante el Real Madrid que perder dos finales de Champions era un fracaso para él aunque no lo fuera para el club. Esa declaración respondía, aunque no lo admitiera, al profundo dolor de ver como se le volvía a escapar una final en el último suspiro. Con cabeza y corazón aún caliente discernir entre éxito y fracaso nunca es sencillo. De hecho es imposible.

Víctor Sánchez del Amo, ex entrenador del Deportivo de la Coruña, dejó un análisis que sin embargo no ha tenido el eco suficiente porque requiere pensar. Algo difícil en una sociedad que se mueve cada vez más desde las entrañas que alrededor de la razón. Contaba el entrenador que en el fútbol se educa desde bien pequeño para competir, para ser mejor que el otro. Pero no se educa en la derrota. A menudo se olvida que la derrota es parte del juego. Que perder puede suceder.

En cualquier ámbito de la vida nunca debes ceñirte al resultado final porque la victoria distrae y la derrota es una frustración enorme en gente con ganas e ilusión por lo que hace. Debes mirar el camino y analizar la derrota como parte del juego y no como una culpa exclusiva. En el caso del Atlético de Madrid, Simeone ha logrado algo muy difícil en un club de élite. Ha dotado de una identidad clara tanto a la institución como a la afición. Ha marcado un perfil claro del tipo de futbolistas que precisa el equipo. No vale cualquiera, como se observó en el caso de Mandzukic. Pero sobre todo, ha marcado un camino a seguir que te lleva a aspirar a ganar. Porque la derrota, no lo olvidemos, es parte del juego. Nunca un fracaso.