Fundació Suñol, diàlegs ambs la mirada

Fundació Suñol,  diàlegs ambs la mirada/Marta Teixidó

Fundació Suñol, diàlegs ambs la mirada/Marta Teixidó

Por Marta Teixidó, crítico de arte

Desde hace décadas, Barcelona tiene un alto sentido de ciudad cosmopolita, y ello, a pesar de un excesivo talante político, cuya presión ha llegado a reducir a la mínima expresión la expansión económica y cultural que a nivel europeo llegó a asumir la ciudad en los años 70 del siglo XX.

No obstante, todavía persisten personas e instituciones que exhiben colecciones particulares, labor que lamentablemente no es conocida para el gran público -y no por falta de información general, aunque sí especializada -y en especial después de que casi tres generaciones hayan sido educadas bajo el imperio de la LOGSE.

La Fundació Suñol es una entidad sin ánimo de lucro que alberga la colección particular de Josep Suñol, uno de los coleccionistas de arte más importantes y prolíficos de España, desde hace más de 35 años. Fue creada en 2002 y está ubicada en Passeig de Gràcia. Un centro de arte único, en donde confluyen los movimientos artísticos más innovadores del siglo XX y XXI.

Diálogos con la mirada, título de la muestra que nos ocupa, y que puede visitarse hasta el próximo otoño, intenta mantener al día la colección, a través de nuevas lecturas y re-lecturas que dan vivacidad a la misma. No es esta la primera, ni será la última vez que la Fundació Suñol muestre al público la colección de su titular, bien a través de una denominación genérica que plantee una selección de piezas acorde con la misma, bien, como en esta ocasión, agrupadas por temáticas muy explícitas, en las que, tal como se menciona en la nota de prensa, "plantea una reflexión sobre la función comunicativa de la obra de arte, entendida como proposición propia de un artista sobre la que se posibilitan múltiples lecturas desde la mirada subjetiva del espectador".

Agrupadas en siete áreas: mirar, llegir, tapar, valor, caminar/descansar, forats i vermell , presenta piezas de Luis Gordillo, Man Ray, Zush, Richard Avedon, Luis Frangella, Carlos Pazos, Jaume Plensa, José Luis Alexanco, Ramon Guillen-Balmes, María José Lacadena, Christo, Jordi Colomer, Claudio Bravo, Ferran Freixa, Ignasi Aballí, Antoni Tàpies, Juan Genovés, José María Sicilia, Alberto García-Alix, Joan Rom, Jaume Xifra, Robert Llimós, Idroj Sanicne, Sergi Aguilar, Federico Guzmán, Manuel Millares, Pello Irazu, Max Bill y Miquel Mont.

Diálegs amb la mirada ha sido concebida también bajo un aspecto didáctico, algo que hasta la fecha la Fundació Suñol no se había planteado. A través de unos itinerarios perfectamente organizados, se facilita al espectador neófito o poco dado a la contemporaneidad del arte, una idea y una explicación, en la que puede o no estar de acuerdo, pero que le permite entender tanto el contexto de la muestra como el significado de las piezas.

Sirvan como ejemplo dos de los ámbitos del recorrido; el que inicia el mismo: Veiem o ens veuen? (¿Vemos o nos ven?). La mirada penetrante de Igor Stravinsky a través de la fotografía que Richard Averdon tomó del mismo en 1975, ya presupone que el compositor desafía al visitante, del mismo modo que con su música retó al estado soviético y revolucionó el mundo de la música con su innovadora concepción de la composición.

La mirada de Joan Miró a través del también fotógrafo Man Ray o el Personaje de Zush invitan al espectador a observar, sin retos ni desafíos, sino con el convencimiento de que es el espectador quien examina. Pero dentro de este juego de miradas, la obra Sabina eyeya realizada en técnica mixta por Zush en 1974, es la explosión del ver y ser visto. Con particulares referencias al Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci. Zush escoge a la mujer en este caso, mostrando un rostro a través de la plasmación de los ojos en un cuerpo femenino en posición invertida. No deja el artista de incitar al visitante al voyerismo, en una obra vibrante, sorprendente, y no exenta de misterio y de provocación.

Y el que lo finaliza Vermell: imatge i materia (Rojo, imagen y materia) se muestran piezas en las que el rojo, en diversas tonalidades, ejerce violencia, fuerza y dramatismo pero también vida y pasión. Interesante destacar la obra de Miquel Mont: Sin título, una técnica mixta del año 1990, desgarradora y perturbadora; Juan Genovés y Pintura 5, una pieza en la que la huida es la protagonista entre bandas de distintos tonos de rojo, lo que indica peligro y angustia, en contraste con Pello Irazu, que con su minimalismo, nos habla del rojo como color puro, y presentándolo en este caso como objeto.