Clínica Sagrada Familia Jordi Rollán: Temática Médica

Clínica Sagrada Familia Jordi Rollán/Marta Teixidó

Clínica Sagrada Familia Jordi Rollán/Marta Teixidó

Por Marta Teixidó, crítico de arte

Cuando el personal se ve en la irresistible necesidad de visitar clínicas privadas para labor de médicos, patrocinio de negocios y beneficio de nuestra salud, el paciente se encuentra inexorablemente en una recepción y sala de estar, cuyas paredes están atestadas de horripilantes litografías o mediocres pinturas, casi siempre abstractas, lo que tiene como consecuencia que el enfermo se deprima aún más, y piense con mal talante en los progenitores de quienes han escogido las piezas ante el mal gusto imperante.

Sería mucho más favorable para la vista, distraído para el cerebro y desbordante para el espíritu, encontrarse con piezas donde la belleza de un paisaje, el primor de una marina o la admiración de una figura calmasen la preocupación y el desánimo con el que muchos acudimos a estos establecimientos.

Sin embargo, lo que resulta aún más delirante es que en una clínica como la Sagrada Familia de Barcelona se encuentre en un pasillo que conduce a distintos ámbitos hospitalarios, una serie de piezas cuya temática sea precisamente la médica: quirófanos, galenos, enfermeras, recién nacidos… ¡ Cómo si no supiéramos los pacientes y visitantes lo que en espacio tan aséptico se ejerce!

Pero así es como Jordi Rollan expuso una serie de ocho piezas aproximadamente, tan bien colocadas que parecían ropa después de lavada en un tendedero, sin ni siquiera un título de la muestra, ni una pobre cuartilla de papel que indicase el motivo de la misma.

La temática, mostrada en una galería, museo o sala temporal de cualquier espacio expositivo, puede resultar chocante, ya que la medicina no es una materia habitual para los artistas, aunque existan algunas grandes obras al respecto, y como tal, puede dar lugar o planteamientos técnicos curiosos, que podrían aportar a la realización una buena factura.

Pero lamentablemente, la obra que nos ocupa se encuentra en niveles bastante desiguales. En algunas piezas se aprecia un planteamiento estético clásico, pero de composición desequilibrada, dinamismo, y una pincelada vehemente como es el caso de la pieza Vell profesor (viejo profesor), mientras que en otras se observa una imagen fría y mecánica, de estructura sobrecargada, falta de agudeza en el esbozo, y una gama cromática chillona y desacertada, como por ejemplo Quirófano.

Según cuenta el diccionario Rafols, nació en Barcelona en 1940, inició sus estudios en el Colegio de San Miguel de Barcelona en donde empieza su afición por el dibujo. En 1954 decide dedicarse a la pintura, abandonando sus estudios de comercio. Asiste a las clases de la Escola d'Arts i Oficis Artístics la Llotja durante cinco años, alternándolos con asistencias en un principio en el Reial Cercle Artístic de Barcelona, quien le concede en 1965 una beca que le permite viajar por Francia, Holanda, Bélgica e Italia, visitando museos y efectuando una serie de dibujos de todos los países que conoce. En 1966 expuso por primera vez de forma individual en la Sala Jaimes de Barcelona; en 1970 participó en diversas exposiciones colectivas en EE.UU. A finales de los 70, realiza para diversas firmas comerciales, etiquetas para vinos y cavas, cartas de restaurantes, carteles artísticos, así como toda clase de obras, siempre aplicables al arte.

Una biografía que no resalta excepcionalidades, y en vista de la obra exhibida, y tras la revisión de parte de su trayectoria profesional, apenas se aprecian cambios de estilo, de uso de gama cromática y si bien en algún tiempo cultivo la abstracción, su particular figuración domina mayoritariamente el contenido de unos trabajos que en lo referente a esta exposición son claramente mejorables.