Separación de poderes

El Gobierno en funciones se niega a someterse al control del Congreso

El Gobierno en funciones se niega a someterse al control del Congreso

Por Francisco Javier Narbona Mena

En teoría, podríamos definir la democracia moderna como aquel sistema político basado en la representación de la soberanía popular, garante de derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, basado en el estado de derecho y caracterizado por la separación de poderes. Sin embargo, existen muchos matices, grados e interpretaciones en cada uno de los pilares democráticos enumerados anteriormente. Para ser claros, hay tantas definiciones de democracia como personas opinen sobre el tema.

Sin embargo, en general, se considera que una de las piedras angulares de toda democracia es la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), pudiendo limitar el poder de uno con el poder del otro, en lo que se conocen como contrapesos del poder y que tan complejo hacen el sistema político estadounidense.

En España puede que muchos de nuestros conciudadanos estén empezando ahora a darse cuenta de que, en realidad, en nuestro país no existe tal diferenciación. O al menos, no de manera rigurosa. Se manifiesta muy claramente en la situación política actual. Me explico:

El pasado 20 de Diciembre fuimos a votar, el 18 de Enero comenzaron las consultas del Rey con los partidos, se produjo aún una segunda ronda y posteriormente, tras un mes de negociaciones, se produce un debate de investidura (léase mitin multicolor) con un candidato que, de antemano, sabía que iba a perder. En definitiva, el poder legislativo -Congreso de los diputados- no es capaz de elegir a la cabeza del poder ejecutivo -presidente del Gobierno-.

Ante esta situación kafkiana que nos aboca a la celebración de nuevas elecciones -con los 130 millones de euros extra que nos tocará pagar- uno se plantea si no sería interesante la separación de las elecciones legislativas y presidenciales, con un sistema de segunda vuelta para la elección presidencial.

En un Parlamento serio, este tipo de cuestiones se estudiarían con rigor, contraponiendo argumentos a favor y en contra. Aquí seguiremos con el show mediático.