Más cal viva

Pedro Sánchez Congreso

Pedro Sánchez Congreso

Por Ángel Zurita Hinojal

Un socialista más melifluo que el socialista que la mayoría de los españoles consideran la máxima expresión de la melifluidad se dispone a despejar la X de la ecuación con la que ni el Tribunal Supremo se atrevió hace más de 20 años.

El PSOE es un partido con vocación de gobierno y de poder y su historia sirve a tal vocación. Otro partido, poco más que neonato, tiene la misma vocación. Y en lo que alcanzo a entender sólo uno de los dos podrá lograr no sólo la culminación de su vocación sino la previa de vivir.

Pero ese PSOE más que centenario me desconcierta cuando subordina y hasta sacrifica sus activos y sus referentes en el altar de aquella vocación sin reparar siquiera la posibilidad de que si el poder llegara a ser efectivo lo fuera para confirmar el dicho de que el pan de hoy sería el hambre de mañana.

Porque se pueden hundir las naves y volar los puentes, pero siempre se planteará la pregunta del por qué.

Y no parece que expulsar a Rajoy de La Moncloa sea suficiente razón. Porque para reinas por un día ya tuvimos en la TV de los años 60 un programa que así se llamó. Tuvo su éxito, en las tarde dominicales, el único posible en la única televisión. Pero llegaba el lunes y volvía la cotidianeidad sin reinas y sin reyes.

En la actual coyuntura se trata de determinar quien es villano para una generación o -lo peor- para los restos. De eso se trata, a eso nos arriesgamos, no de que Pedro Sánchez ocupe el puesto de Mariano Rajoy y de que aquí todos felices comiendo perdices.

Y vuelvo por donde entré, ese Adán II oye en su segundo fracasado intento de investidura que un “advenedizo años 50” le nombra al padre y se la envaina y sigue ofreciendo componendas.