España y su historia

Por Ángel Zurita Hinojal

Anoche vi el primero de los trece episodios programados para la segunda temporada de la serie El Ministerio del Tiempo. Estuvo bien traída la réentre. Nada menos que el Cid, historia y leyenda, con guiños a Menéndez Pidal en lo erudito y en la ciencia del “Cantar” que tan bien conoció, a Ambrosio de Spínola en lo épico e imperial y a Charlton Heston en lo cinematográfico y también imperial.

Lo mejor de esta serie es que se puede constatar que la historia de este viejo y atormentado país que muchos estamos empeñados en que siga llamándose España, aunque no se enseñe, aunque se enseñe mal, aunque se tergiverse, aunque se falsee, está en la genética de los españoles, cualquiera que sea la educación, la cultura y la erudición de cada uno de ellos.

Aquellos que ayer dedicaron una hora de su noche a la pantalla del televisor, entendieron de qué se trataba, estuvieran o no de acuerdo con el relato y con la forma de plantearlo. Eso es España, los mismos hechos históricos, las mismas leyendas, a unos hacen sentir el pecho en toda su capacidad y a otros contener la respiración sea por angustia o por recelo, a unos enorgullecen y a otros avergüenzan. Pero todos, todos los sentimos como propios, los sabemos parte de nuestro ser colectivo. Por mucho que ahora abunden los negadores de la historia real y de leyendas también reales para suplantarlas por leyendas falsas.

Con cualquier relato al hollywoodiense modo los espectadores no norteamericanos acaban aprendiendo los rudimentos de las historias o leyendas concernidas. Al contrario, los de El Ministerio del Tiempo resultan totalmente incomprensibles para los espectadores no españoles. Lástima que la hispanidad no tenga un Hollywood detrás y lástima que Hollywood no preste más atención a España. Los españoles seríamos más queridos, más estimados, más comprendidos y más admirados. Y entre nosotros mismos, más aceptados y asumidos.