Por Francisco León Miranda Barranco
Nuestros representantes políticos del Congreso me acaban de amargar estos días con la presentación de sus bienes. Bienes muy sorprendentes en algunos casos, sobre todo cuando se les oye decir por activa y por pasiva que ellos no están en política para ganar dinero, sino como servicio al ciudadano y a su país. Carajo, vaya servicio. Recuerdo los días de mítines y entrevistas en que juran y prometen luchar por los ciudadanos, por España, por mi gente, pero ahora por lo que veo y las cuentas que reflejan, también por la pasta.
Y ya puestos a pensar, conociéndonos como somos los españoles y, sobre todo nuestros políticos, me tendré que creer que son ciertos los datos que reflejan, pero bueno, !qué buena carrera es la política! Para empezar, como novedad, Albert Rivera, con un sueldo de 79.000 euros brutos, que se quedan en 45.000, dos hipotecas de primera división. No me salen las cuentas. Íñigo Errejón 57.000 euros y fondos de inversión, entre casta y compañeros. Las de Rajoy para marearse. Y Sánchez, pues dinerillo en banco y planes de las cortes. En fin, gran empresa la política y que ustedes sigan muchos años. Del pueblo, acuérdense cada cuatro años.