El silencio, vehículo de la desinformación

Por Pedro Peral

La decisiva importancia que en las sociedades modernas tienen los medios de comunicación y la presencia beligerante de los mismos en el acontecer de la vida nos conduce a concluir que sin información veraz no hay democracia. Desde el mismo momento en que se manipula la verdad, la libertad está en peligro. Como mantiene Herve Pasqua, vivir libre, más que en elegir, consiste en ser lo que se es. Cuando de un individuo o de una institución se dice lo que no son o no se dice lo que son, algo grave está ocurriendo: su libertad ha sido lesionada.

El problema no es nuevo. James Madison, cuarto presidente de los EE.UU. afirmaba hace ya más de 230 años: “Nada resulta más irracional que el dar al pueblo el poder y a la vez privarle de la información, sin la cual se abusa del poder. Un pueblo que pretende ser su propio amo, debe armarse del poder que nace del conocimiento. Un gobierno del pueblo sin la información del pueblo... es el prólogo de una farsa o de una tragedia, quizá de ambas cosas”.

La idea de que la información es el objeto de un derecho humano y la libertad el único modo de ejercitar ese derecho llevan a esta conclusión: la información pertenece al público.

La privación de ese derecho se realiza por numerosos medios: la mezcla falso-verdadero, la deformación de la verdad, la modificación del contexto, la difuminación de la idea, las generalizaciones, las verdades seleccionadas, las partes desiguales, etc. Otra forma de expropiar el derecho a la información es la omisión, la abstención de decir algo de interés general.

Veamos algunos ejemplos en los que se han omitido los hechos, se han relegado a un “suelto” en página par, la televisión va a negro, no hay sonido en las emisoras de radio o se silencia el asunto en la Red.

Recientemente, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU rechazó una redefinición de la familia y aprobó por segunda vez una resolución que pide protección para la familia verdadera.

En una nota de prensa, la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la objeción de conciencia informa de una sentencia del TC que reconoce la objeción de conciencia del farmacéutico en la tenencia y dispensación de la píldora postcoital. La sentencia reconoce la libertad del farmacéutico, como profesional del medicamento, y equipara la objeción de conciencia al aborto de los médicos con la dispensa de la píldora del día después por parte de los farmacéuticos. La Asociación matiza que la sentencia crea jurisprudencia, es válida para casos similares.

En los casos expuestos, la difusión quedó limitada a medios de carácter confesional o profesional. Democracia sin información, una farsa.