El dogmatismo de Sánchez

Por Antonio Solar Fernández

La opción sugerida por Felipe González está llena de pragmatismo y de sentido común. Es la salida más cabal y yo diría que la menos mala para el propio PSOE. Lo que ocurre es que tropieza con el muro del dogmatismo imperante en el partido y con el propio sectarismo del secretario general que, interpretando a su modo el resultado electoral, se siente legitimado para internar en un lazareto al PP y, por ende, a todos sus votantes. Así, porque el PP va a volver a gobernar, es imposible ningún "progreso" e incluso es de esperar que las políticas sociales de la coalición propuesta por Pedro Sánchez acaben volviéndose en contra de aquellos que dicen defender. Porque ya se sabe que cuando se dice que se van a recaudar 25 mil millones con impuestos a "los ricos" al final se acaban recaudando solo 5 y, en cambio, si se gastan los 25 (que, al final, serían 30) se produce un déficit que siempre repercute sobre los más débiles.

Y es que en el fondo, latente, lo que subyace de este sectarismo que exhiben el Sr. Sánchez y buena parte de su partido, es ese viejo "guerracivilismo" en el que unos se atribuyen el papel de "los buenos" quedando reservado el de "los malos" para los otros y en tanto el PSOE no se convenza de que por ahí no va a obtener beneficio electoral alguno, sino todo lo contrario, tendremos que resignarnos a la inestabilidad y al auge de los populismos y de los nacionalistas, a quienes nadie les habla claro ni les para los pies de una vez.