"Depende hijo, si hablas de la de España, para nada."

Por Alonso Sanchez Aedo Ruiz

Difícil explicarle a un niño el valor de la Constitución española en estos momentos. Observamos cómo los polítios pisotean dicho documento con tal facilidad que uno ya no sabe a quién acudir.

No basta con el tema soberanista en cada región de España, ahora resulta que en el Congreso Nacional hasta diputados les pueden prestar. Todo vale con tal de hacer todo lo que uno quiera. Importa poco aquí la ley y de dónde emane la ley.

No se sabe quién va a gobernar, con quién y a costa de qué. Da lo mismo que hayamos votado por uno, el investido puede ser otro. No importa si el partido votado fue nacional, negociará con uno separatista. Que más da si voté derecha cuando el que termine gobernando pacte con la izquierda.

¿Qué burla es esta? Muchos dicen que hace falta reformar la Constitución. ¿Para qué? Si no le hacemos caso a esta, ¿por qué le vamos a hacer caso a otra? De nada sirve reescribir lo escrito, al final si Móstoles quiere separarse de España bajo el argumento de que los de ahí hablan diferente, lo van a lograr.

Tanto documento y tanta ley para hacer lo que nos de la gana. Esa es la realidad en España, ese es el valor real de la Constitución.

Y mientras con gran esfuerzo acabo de explicarle a mi hijo por qué en España la Constitución no se respeta, me pregunta después. "¿Y entoncés para qué sirve el Rey?"