Por Francisco Javier Narbona @_narbona_
Patxi López es ya el Presidente del Congreso de los Diputados. Tras dos votaciones con voto secreto -sería interesante implementarlo para asuntos realmente relevantes- y con menor apoyo que cualquiera de sus predecesores. Pese a esta circunstancia, López ha mostrado maneras conciliadoras y la suficiente neutralidad institucional. Su discurso me ha dejado un buen sabor de boca, en total antonomía con aquél de la señora Forcadell en Barcelona.
Su papel de árbitro parlamentario no será facil, pero este primer apunte permite un atisbo de esperanza. Las posiciones están muy consolidadas respecto a la investidura y cualquier cambio de postura -necesario por otra parte- será visto como una "bajada de pantalones" de aquel que ose asumirlo. Es el precio a pagar por las declaraciones grandilocuentes y las posiciones -presuntamente- inamovibles.
La situación en Cataluña y la incipiente recuperación requieren altura de miras, un proyecto viable y estabilidad. Por el bien de los españoles, señores Rajoy, Sánchez y Rivera, no jueguen con nuestro futuro y siéntense a negociar una hoja de ruta que modernice nuestro país. Mañana es tarde, espero que Patxi López les haya inspirado.
Caballeros, responsabilidad.